Aunque nació en la ciudad de Caracas, Daniel Rodríguez se sentía “gocho”, pues con tan solo seis años de edad llegó con su mamá y hermano a vivir en Santa Ana, municipio Córdoba del estado Táchira.

El estudiante de primer año de Derecho de la Universidad Católica del Táchira (Ucat), cumplía 18 años de edad en diciembre de este año y soñaba con una Venezuela libre en la que pudiera trabajar, ayudar a su familia y tener la suya propia.

Familiares y amigos lo describen como una persona alegre, el “dueño de la fiesta”, como un soñador compulsivo que siempre creía que algo mejor llegaría, reseñó el portal web El Pitazo.

Enrique Rodríguez, hermano mayor de Daniel, trabaja en una barbería y veía a su hermano menor como un héroe porque estudiaba, quería trabajar y era el mejor en todo, por eso lo apoyaba económicamente en lo que pudiera.

Marles Rosales era la mejor amiga de Daniel; lo consideraba su hermano. Planeaba irse con él del país más adelante, para forjar un futuro y luego volver a Venezuela a ayudarla a salir de la crisis. Lo recuerda con la sonrisa que siempre tenía en el rostro, y con la cara de felicidad con la que la recibía cada vez que se encontraban.

El lunes viajaba a la ciudad de Bogotá, en Colombia, para buscar nuevas formas de vida mientras bajaba un poco la marea en el Táchira, pues las clases en la UCAT estaban suspendidas. Él quería ir a Colombia para trabajar, formarse y así ayudar a su mamá, con quien vivía.

El jueves 18 de mayo decidió salir de su casa en horas de la tarde junto a un primo para apoyar a los vecinos que buscaban resguardarse de grupos armados en motocicleta. En ese momento recibió un impacto de bala en la parte de atrás de la cabeza. Fue ingresado al Hospital Central de San Cristóbal, donde murió minutos después. 

Para leer la nota completa, haga click aquí


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!