Un abrazo, una sopa, medicinas, un hombro para llorar o simplemente una sonrisa son el regalo que llega cada martes al hospital pediátrico JM de Los Ríos, en Caracas, de la mano de la Asociación Civil Conquistando La Vida (Aconvida), un grupo conformado por mujeres sobrevivientes de cáncer de mama dedicadas al  trabajo voluntario.

Pasadas las 10:00 am, las voluntarias llegan al hospital cargadas de almuerzos y otras donaciones que llegan a la sede de la asociación para comenzar lo que ellas denominan como “la hora de la sopa”, el primer programa de apoyo creado por Maira Cárdenas y Mildred Varela, fundadoras de Aconvida.

“Nosotras conocimos el hospital a través de una de nuestra aliadas, que su nieta también fue diagnosticada con cáncer igual que ella. Cuando vimos que había niños afuera de la sala de quimioterapia que no recibían el tratamiento porque no habían comido, nos motivamos a hacer la hora de la sopa todos los martes”, relató Cárdenas, presidenta de la asociación, en una entrevista para El Nacional Web.

Los alimentos se entregan en el área de hematología, donde los pacientes con leucemia reciben tratamientos y aspirado de médula. Muchos de los niños atendidos en esta área vienen del interior del país y no tienen a familiares o amigos que puedan acercarles un plato de comida, tampoco cuentan con los recursos para comprar un almuerzo en la calle.

Cárdenas explicó que hay una persona encargada para el programa del hospital de niños. Ella se encarga de que las donaciones que llegan a la sede pasen directamente a los pacientes. Además convoca a otros voluntarios que llevan postres, entretenimiento o actividades para que los niños olviden la monotonía de la hospitalización.

Cambiar desesperanza por ganas de vivir

Los voluntarios comparten con los pacientes sus penas y alegrías, con la intención de que la labor no sea una actividad cuadrada e institucional sino que puedan conectarse emocionalmente. Sin embargo, esta conexión deja heridas en las sobrevivientes que a veces no pueden borrar.

“He visto muchas cosas difíciles y no puedo hablar sin que me toquen esa fibra, porque si hemos visto a muchos niños partir.  Es difícil ver que han pasado tres años y esos  niños con los que te apegaste ya no están.  Pero ese mismo sentimiento te mueve a que tienes que a seguir a que tienes ese compromiso de trabajar más para cada vez sean menos frecuentes esas pérdidas”, expresó Varela, vicepresidenta de Aconvida, quien no pudo evitar que escaparan lagrimas al recordar a los pequeños que ayudó.

Agregó que no solo le afectan las pérdidas de los niños al grupo, pues la escasez de medicinas en el país también ha dejado huecos dentro de la asociación. “En menos de dos meses fallecieron dos mujeres de nuestro grupo porque no tenían tratamientos y tuvieron recaídas”.

Para Varela fue un proceso, lento pero necesario, el convertir el sentimiento de desesperanza en ganas de vivir, pero ahora es un lema con el que trabaja para que la asociación pueda impactar en la vida de más personas cada día. “Eso nos motiva a que tenemos que seguir sin parar, que nuestra fe y trabajo nos hace llegar a más personas. Aquí no tenemos horarios de oficina aquí se trabaja todos los días incluso los fines de semana”.

La vicepresidenta de Aconvida puso a disposición el FacebookTwitter e Instagram de la asociación para quienes deseen colaborar con «la hora de la sopa» u otros de los programas de la asociación. “Todos podemos hacer algo. A veces las personas piensan que porque no tienen dinero no pueden ayudar, pero hay mil maneras de ayudar: con compañía, ropa o lo que tengan para dar. Así sea con un abrazo o escuchar la historia de alguna persona ya estas ayudando”.  


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!