Las paradas de Metrobús de Caracas lucen abandonadas, con largas colas que se hacen en vano o con esperas de una o dos horas.

Hay algunas que están suspendidas, como la de Bello Monte, así que quienes quieren ir a la Concha Acústica deben subir caminando un largo tramo.

Aquellas que funcionan con cierta regularidad se llenan por completo de pasajeros, lo que genera daños a la suspensión y a las puertas de las unidades.

Una opción que ha aplicado el Metro de Caracas es la implementación de “perreras”, unos vehículos blancos en los que los usuarios se sientan en los laterales.

Algunos trabajadores, para contrarrestar sus bajos sueldos, reciben el dinero que la misma gente les ofrece. “Es una manera de ganar algo más”, explicó un empleado de la compañía que pidió el resguardo de su identidad.

En Caracas existe un total de 472 unidades de metrobús, de los cuales 297 están indisponibles y 175 se encuentran operativos. El trabajador explicó que las unidades tienen problemas con repuestos como motores eléctricos, piezas móviles, neumáticos y sistema eléctrico.

En 2012 el Metro de Caracas recibió una flota de autobuses Yutong para ampliar la disponibilidad. Pero su uso en una ciudad con tránsito denso y vías irregulares aceleró su deterioro.

Trenes dañados

En el subterráneo la situación es similar a la del Sistema Superficial.

Debido a la falta de repuestos y de recursos para adquirirlos, de 48 trenes de Línea 1 solo hay 27 operativos. En la Línea 2 solo funcionan 23 de 57 y en la Línea 3 operan 15 de 19.

La falta de unidades ha causado el colapso diario del sistema, que en una época se llenaba usualmente en las horas pico.


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