El viernes 29 de junio, a las 5:00 pm, unas 300 familias residenciadas entre los sectores El Cují y El Faro, en La Mariposa, que es la carretera alterna a la Panamericana, estuvieron a punto de quedar aisladas por una segunda fuga en una tubería matriz de Hidrocapital, cuyo derrame socavó un buen trecho del camino. La empresa de agua atendió la avería con la colocación de un parche en el tubo.

El sábado 30 por la tarde, el mayor general Luis Motta Domínguez, ministro para la Energía Eléctrica, presidente de Corpoelec y vicepresidente de Obras Públicas y Servicios, acompañado por personal de los ministerios de Obras Públicas y de Transporte, la Gobernación de Miranda, la corporación eléctrica, Hidrocapital y la GNB, se presentó sorpresivamente en una reunión vecinal y comprometió a todo su equipo en la solución de los servicios de agua, luz y vialidad en la zona. El domingo a las 5:00 am, el tubo reparado se rompió por tercera vez, una situación que la compañía de agua controló una vez más.

Precisar el contexto será útil. El viernes en la noche, el ingeniero José Antonio Celis, por WhatsApp vecinal, informó: “Se ha hundido la vialidad en unos 40 centímetros, se está poniendo en riesgo el muro atirantado por efecto del lavado que el agua hace al correr por sus anclajes y podemos perder esta vía también. Tendríamos entonces aisladas a unas 300 familias, porque está fuera de servicio la salida por el área de La Virgen (en El Faro, a escasos 2 kilómetros de San Antonio de Los Altos) y ahora estaría fuera de servicio el paso por El Cují (la zona más cercana al embalse de La Mariposa)”.

Celis se refería a un problema que la comunidad padece desde el 24 de julio de 2017, cuando un tubo matriz de 54 pulgadas, situado en la carretera El Faro, colapsó y dejó sin agua a los Altos Mirandinos (servicio que Hidrocapital restableció con la colocación de 7 parches en la tubería) y socavó el pavimento e interrumpió por completo el paso hacia San Antonio de Los Altos hasta hoy.

CREDITO: RAÚL ROMERO

El lunes 2 de julio el alcalde de Los Salias, José Antonio Fernández, se reunió con el ministro. “Lo fundamental es que se repare el paso por El Faro”, le dijo. “Durante un año la comunidad ha estado incomunicada por el hundimiento de la carretera ahí. Es como para pedirle perdón por lo que ha vivido, pues ha tenido que llevar a sus chamos al colegio por Figueroa y tomar la Panamericana para llegar a San Antonio”, con lo cual, un trayecto de 4 kilómetros se ha convertido en uno de 14 kilómetros, indicó por teléfono.

Aprovechó para solicitar el asfaltado de dos carreteras nacionales que están “en pésimas condiciones dentro del municipio”, la de El Faro y la de Potrerito. Dijo que Motta Domínguez se comprometió a trabajar por la comunidad y reconoció que ya se han repuesto el cableado y las luminarias de la zona afectada, y se repararon dos fallas de vialidad. Señaló, además: “Mis diferencias con el gobierno nacional son muy pronunciadas, pero mi labor consiste en darle calidad de vida a los vecinos, algo que el gobierno está en el deber de proporcionarles en términos de luz, agua y vialidad”.

Una trocha. Celis y el ex rector de la USB Pedro Asso son vecinos preocupados por la complejidad del problema del tubo matriz que colapsó hace un año; sobre todo porque por el mismo canal corren paralelamente dos tuberías de gas de 16 pulgadas de alta presión (que alimentan la planta termoeléctrica de Tacoa, es decir, surten la electricidad a Vargas y al centro de Venezuela), las cuales, debido el caudal de agua en fuga, perdieron su protección, lo que obliga a que la empresa que se designe para la reparación de la falla sea certificada por Pdvsa Gas.

“Eran tantos los servicios implicados que todo hacía pensar que no habría una solución inmediata, y comenzamos las pesquisas para abrir un paso transitorio hacia San Antonio”, indica Celis. Con ayuda del alcalde se despejaron 2.400 metros de vialidad pavimentada y se gestionó el permiso de Hidrocapital para atravesar la estación de bombeo número 3, que es por donde la trocha se abre camino.

La fuga de agua del tubo en El Faro repercutió sobre 80 metros de este trayecto al crear una falla de borde que ahora, desde que el vicepresidente de Obras y Servicios intervino, se afronta con el concurso de Inframir Miranda, que aporta la maquinaria adecuada; los camiones del MOP, que remueven tierra y escombros; la vigilancia de 6 GNB; personal de los ministerios que supervisa la obra, y la actuación de la alcaldía en el desmalezamiento de la zona.

Dice Celis que ha sido un largo trayecto de reuniones, cartas, decisiones y cambios de funcionarios. Nunca hubo respuesta decidida hasta la rotura del tubo en El Cují: “Las condiciones del país no han ayudado. Si la voluntad persiste, en 15 o 20 días la trocha debe estar lista. Abordar la rotura en El Faro requiere más tiempo, hay que diseñar un proyecto para garantizar el buen trabajo de unas obras que implican servicios en varios estados y el sistema panamericano de bombeo que involucra a los Altos Mirandinos”.

CORTESÍA: ING. JOSÉ ANTONIO CELIS

La palabra del ministro

El ministro Luis Motta Domínguez aseguró a los vecinos: “La gente de Transporte le va a echar reconeco a la trocha para manejar la falla de borde. Quiero darles tranquilidad porque la idea no es matar esto aquí. Luego, vamos sacando esta falla (El Cují) en paralelo con la de arriba (El Faro). Hay que evaluar que la trocha cumpla los requisitos para que ustedes pasen bien y nosotros poder trabajar, pues no se puede laborar en paralelo por las tuberías de gas. Hablé con Pdvsa y no es posible trancarlas tampoco, porque se cierra el flujo hacia Tejerías”.

“No nos abandone”, le dijo una mujer, y él respondió: “Si fuera así, no viniese. Yo vine a poner mi palabra… y es mi palabra, ¿entienden?”.

EL DATO

4 kilómetros mide el tramo desde el sector El Cují en La Mariposa hasta San Antonio por la carretera El Faro. Por el hundimiento de la vía en El Faro desde hace un año el paso se interrumpió y para dejar a sus hijos en el colegio los vecinos tienen que viajar por el sector Figueroa y tomar la Panamericana para llegar a la ciudad, un trayecto de 14 kilómetros.


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