Casi tres horas de cola tienen que sufrir los usuarios de la autopista Caracas-La Guaira. Las obras de reparación del túnel Boquerón II han generado una fuerte congestión vehicular y el colapso de las paradas en zonas como La Guaira y Catia La Mar. Los trabajos que comenzaron el pasado 14 de diciembre cumplen hoy una semana y aún no tienen fecha de culminación, por lo que sus consecuencias continuarán.

“El lunes reanudaron los trabajos, el tráfico comienza antes de Ciudad Caribia y continúa hasta un kilómetro después del túnel. La cola adentro es infernal, entre el polvo de los escombros, el humo de los carros y la poca visibilidad”, describió Karen Bravo, habitante de Residencias Mar Azul, en Macuto.

Una fuente ligada a la obra informó que la estructura requiere de un mantenimiento profundo que no se está haciendo, y que se descubrió una filtración que data de hace por lo menos cinco años. Agregó que en este momento solo se ejecuta un trabajo paliativo, debido a que no cuentan con los equipos necesarios. “Si no se hace el trabajo adecuado, profundo, de rehabilitación, el techo presentará problemas similares en el corto plazo”, afirmó.

Fuentes del Colegio de Ingenieros de Venezuela indicaron que las labores debieron adelantarse con celeridad y estar concluidas en una semana, para causar el menor impacto posible para el usuario. También es necesario un plan de contigencia para el tráfico, que reduzca los tiempos en cola, recomendaron.

“Este trabajo no debería durar más de una semana, si se hiciera con el equipo necesario. Las colas se pueden evitar con un correcto manejo del flujo vehicular, que mantenga el túnel despejado, para evitar el riesgo por la alta concentración de monóxido de carbono en su interior, proveniente de los tubos de escape de los vehículos”, precisaron.

También explicaron que el colapso de parte de la placa de concreto del túnel evidencia un daño sostenido, debido a la falta de control de las autoridades de tránsito: “Ese techo venía con una degradación por el constante paso de vehículos con exceso de altura. Se incumplen los niveles máximos de altura, porque no hay vigilancia en el lugar. Los patrullajes se hacen solo en temporada alta”.

Sin embargo, ateniéndose a lo dicho por el ministro de Transporte, Carlos Osorio, Eduardo Páez Pumar, miembro de la Academia Nacional dela Ingeniería y el Hábitat, opinó que la demolición de la placa de concreto que se realiza en el túnel pareciera adecuarse al daño ocasionado y que esto es beneficioso, pues permitirá ampliar la altura máxima y adaptarla a los estándares internacionales.

Las reparaciones fueron ordenadas luego de que el pasado 13 de diciembre colapsaran 100 metros del techo por el choque de un camión de carga que excedía la altura máxima permitida y rompió parte del cielo raso.


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