Una falla eléctrica en el sector de Maripérez, al oeste de Caracas, alrededor de las 5:00 pm del sábado ocasionó la interrupción del sistema de teleférico en el Ávila por más de 8 horas. Quienes visitaban el parque por esparcimiento vivieron, en cambio, horas de zozobra e incertidumbre.

“Ese frío no se soportaba junto con la oscuridad. Fui en familia con mi esposa y mis bebés. En vez de disfrutar un día tranquilo para despejar la mente, lo que tuve fue un día de angustia”, relató Dagoberto Bonive.

Quienes al momento del apagón se encontraban en las cabinas tuvieron que aguardar, suspendidos e incomunicados, hasta las 8:00 pm, hora en que funcionarios instalaron la planta eléctrica que abasteció momentáneamente el sistema. Con el funcionamiento de la máquina, los funiculares comenzaron movimiento lentamente; sin embargo, usuarios informaron que debido a falta de combustible, esta trabajó un tiempo limitado.

Mientras pasaban las horas sin respuesta oficial, los usuarios que esperaban en la larga cola, a oscuras, en las instalaciones de la estación Humboldt, soportaban bajas temperaturas, hambre y sed. La luz llegaba con intermitencia, sin un reestablecimiento fijo.

Hasta el domingo en la madrugada había personas aguardando en el establecimiento. Señalaron que el teleférico solo trasladó a quienes se encontraban en las cabinas al momento del corte y a otra parte de los usuarios manualmente. Por la gran cantidad de gente en la cola, el resto tuvo que tomar vías alternas.

“Después de ocho horas atrapados en el Ávila gracias a la falla del teleférico, decidimos aventurarnos y bajar en jeep pasadas las 12:00 de la noche”, comentó Bonive. Los usuarios reclamaron el alto costo de las tarifas, por encima de los 150.000 bolívares, que cobraban los choferes de rústicos por bajar a los pasajeros hasta Maripérez, quienes solo aceptaban dinero en efectivo.


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