Esta semana se intensificaron los retrasos en la Línea 3 del Metro de Caracas, indicaron usuarios del subterráneo. A las fallas eléctricas y problemas asociados a la falta de mantenimiento correctivo y preventivo, se ha sumado el auge de la diáspora de personal operativo en todo el sistema, que tuvo un punto en crítico luego de las festividades decembrinas. El ritmo se mantiene en alrededor de cinco renuncias cada semana, según la ONG Familia Metro.

“Se está comprometiendo la operatividad a un nivel alarmante por el colapso de todas las áreas: no hay mantenimiento, no hay repuestos para equipos que se desgastan por el uso y, ahora, tampoco hay personal para garantizar la circulación de los trenes”, indicó Alberto Vivas, vicepresidente de la ONG.

Según Vivas en diciembre más de 200 empleados salieron de permiso, la mayoría de ellos operarios de las llamadas áreas críticas como Manejo de trenes y Control de tráfico. Ninguno de ellos regresó en enero, la mayoría por planes de emigración debido a los precarios sueldos y las malas condiciones de trabajo, razones por las cuales en marzo los retiros continuaron, dijo un operador asignado a la Línea 3, que prefirió mantener su nombre a resguardo.

“Se están poniendo a circular menos trenes; solo se habilitan cuatro porque no hay quién cubra las guardias durante el día. Los operadores tienen sobrecarga de trabajo y ni cobrando todas las guardias el sueldo alcanza”, dijo.

La gerencia ha dispuesto un plan para atenuar el impacto del éxodo, con estrategias como los guías de pasajeros en la estación Plaza Venezuela, pero las demoras persisten.


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