15 meses después de conocerse los primeros casos confirmados de difteria y ante el brote de la epidemia, Luis López, ministro de Salud, anunció la aplicación de un plan de vacunación contra esa enfermedad y el sarampión en 9 estados del país. El programa prevé la administración de 9 millones de vacunas en una primera etapa. No obstante, en su declaración el funcionario no ofreció detalles sobre el alcance y la distribución de las dosis, lo que revela improvisación por parte del Estado y compromete la efectividad del trabajo, aseguró José Félix Oletta, ex ministro de Sanidad y miembro de la Red Defendamos la Epidemiología.

“No se ofreció explicación sobre los detalles del programa: cuáles y qué cantidad de vacunas se distribuirán. En la información preliminar se ha dicho que el plan se realizará durante dos semanas, pero para que la vacuna sea efectiva deben aplicarse tres dosis con una diferencia de dos meses entre una y otra, de lo contrario se pierde el esfuerzo. Todo esto revela improvisación y desconocimiento desde el punto de vista técnico”, advirtió.

Oletta indicó que el abordaje no cumple los parámetros técnicos mínimos para bloquear el avance de la epidemia, ni para garantizar la inmunidad en las regiones más afectadas. “Se han debido elegir a los estados por el número de casos y a los más vulnerables por la cercanía geográfica, y han excluido a otros mucho más susceptibles, como Zulia y Carabobo, donde la cobertura llega a solo 44% de la población. Algunas entidades, como Distrito Capital, Miranda y Vargas, donde se han identificado casos, ni siquiera las mencionaron”, manifestó.

El especialista en Medicina Interna cuestionó la forma en que se hizo el llamado para la administración de las dosis, sin una campaña previa de educación sobre la enfermedad que incidiera en una mayor prevención.

“Se ha hecho una convocatoria en la que todo el mundo cree que necesita vacunarse pero no todos tienen que vacunarse y el número de dosis no alcanza para los potenciales afectados. Se ha generado incertidumbre en la población, pero sobre todo, se ha desperdiciado una oportunidad clave para educar y sensibilizar a la población respecto a la epidemia”, destacó.

Oletta criticó el retraso con el que se está enfrentando la epidemia, cuyos primeros reportes fueron denunciados desde hace casi dos años: “Se han demorado mucho en activar un plan. Es un tiempo en el cual han ocurrido muertes y ha aumentado la propagación a los niveles actuales”.

La Organización Panamericana de la Salud, que en febrero informó que se habían adquirido 7 millones de vacunas para combatir la enfermedad, prestará apoyo y asistencia técnica al Ejecutivo para el control del brote epidemiológico. Ello, aunque este organismo reportó en agosto de 2016 la incidencia de 447 casos confirmados y 7 fallecidos desde mediados de 2016 hasta mediados de 2017 en el país, cifras que ubican a Venezuela en el primer lugar del continente en materia de cantidad de casos de difteria.


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