Grupos violentos irrumpieron en el Hospital José María Vargas y en la Maternidad Concepción Palacios para evitar que el gremio de salud protestara por la crisis y el desabastecimiento que se padece en el país.

Ayer el gremio de trabajadores de la salud junto con el personal médico y de Enfermería convocó a una segunda protesta en las puertas de cada hospital para denunciar las carencias. Cuando los periodistas estaban en el hospital Vargas cumpliendo con su trabajo, motorizados y una camioneta de color azul marino llegaron al lugar. Los hombres entraron y pidieron a la milicia que cerrara las puertas. Una vez adentro, golpearon a los periodistas para quitarles las cámaras y se llevaron al camarógrafo de Vivo Play, Héctor Sánchez en la camioneta; al sindicalista Pablo Zambrano lo golpearon en el cuerpo y en la cara.

Mauro Zambrano, dirigente del Sindicato de Hospitales y Clínicas de Caracas, señaló a Marlon Colmenares, jefe de Seguridad del Ministerio para la Salud, de liderar a los grupos violentos que entraron en el hospital.

 “Llegaron con las armas en las manos y granadas dispuestos a dar una batalla, como si los trabajadores fuésemos delincuentes. Solo estamos solicitando un salario digno y una salud digna porque en un hospital todo hay que comprarlo”, dijo Zambrano.

Simultáneamente, otros motorizados llegaron a la Maternidad Concepción Palacios para arremeter contra los pocos médicos que protestaban en la calle y entregaban panfletos. El miércoles, los trabajadores de esta institución recibieron amenazas de ser golpeados si acataban la protesta.

Después de intercambios de palabras con los médicos que defendían su derecho a protestar, los hombres ingresaron con una comisión del personal para hablar con el director Alí Barrios. El grupo de personas sin identificar se comprometió a mediar con el Ministerio para la Salud para dotar al hospital, contó la infectóloga Moraima Hernández.

Las denuncias se repitieron en cada centro de salud. En los hospitales se está dando de comer a los pacientes arroz o pasta únicamente. No hay antibióticos, insumos médicos, ni suero. Tampoco reactivos para los análisis ni sangre para hacer transfusiones.

En el Hospital José Ignacio Baldó, conocido como El Algodonal, la jefe de Cirugía, Marietta Rea, salió a las calles para informar que llevan una semana sin realizar intervenciones quirúrgicas porque no hay reactivos para analizar la sangre ni relajantes musculares para las operaciones. En la Maternidad Concepción Palacios la renuncia masiva de anestesiólogos no permite que los pabellones abran sus puertas los jueves y los viernes.

En el Hospital Universitario de Caracas no hay suero para hidratar, tampoco sangre, antibióticos ni agua. De 27 quirófanos solo 3 están operativos, dijo Dennis Guédez, miembro del sindicato.


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