La ausencia de los medicamentos necesarios en el país para tratar a personas con hemofilia está agravando las afecciones psicológicas de estos pacientes como la ansiedad y la depresión, así como problemas mentales y sociales. 

Minerva Zabala, psicóloga clínica, discernió que la profilaxis no puede aplicarse debido a la condición que poseen estos ciudadanos, que causa disminución en la calidad de vida de los enfermos. 

“Lo ideal es lograr que cuenten con tratamiento médico y psicológico si es necesario, esto evitaría riesgos y consecuencias negativas para la vida de los mismos. Cuando se recibe de forma adecuada, la persona puede llevar una vida completamente normal”, expresó.

La hemofilia es una patología crónica que impide la correcta coagulación de la sangre, por lo que precisa de un tratamiento apropiado indicado por el médico para elevar los niveles plasmáticos del factor deficiente, bien sea para detener o prevenir episodios hemorrágicos. También requiere de un  proceso de adaptación en el estilo de vida. 

Zabala apuntó que, a pesar de lo común que es la ansiedad en este proceso de acondicionamiento, los familiares y pacientes deben compenetrarse en la situación para poder enfrentar los problemas con facilidad. Además, instó a asistir a consultorios de psicólogos para hacer el proceso de aceptación más llevadero. 

“El rol del psicólogo es fundamental para la aceptación de la enfermedad y adherencia al tratamiento, tanto en el caso de los niños y adolescentes, como en el de los padres o cuidadores”, aclaró la especialista.

Comentó que la Asociación Venezolana de Hemofilia (AVH), por ejemplo, al realizar campamentos educativos, ayuda enormemente con este abordaje. Sin embargo, acotó que mientras el acceso al tratamiento sea complicado no podemos pretender alcanzar objetivos psicológicos muy altos. 

Con información de nota de prensa


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