Un informe del departamento de migración colombiano,  Radiografía de Venezolanos en Colombia indicó que 28% de las personas que pasan de este país a territorio neogranadino, lo hacen con el propósito de adquirir medicamentos.

Si bien es cierto que en Cúcuta es posible adquirir varias medicinas para el tratamiento de enfermedades crónicas, el precio supera hasta 50 veces el establecido en Venezuela.

Medicamentos como la atorvastatina (principio activo) utilizado para reducir el riesgo de infarto y disminuir los niveles de colesterol, en San Cristóbal, si aún se consigue, tiene un precio de Bs. 19.000, mientras que la misma dosificación de 20 mg, supera los 50.000 pesos, es decir el equivalente a Bs. 1.200.000. El ácido acetilsalicílico, utilizados como antiagregante plaquetario en presentación de 60 pastillas, tiene un precio en Venezuela de Bs. 7.800 mientras que en Cúcuta la caja de 30 grageas, alcanza los 37.150 pesos o Bs. 743.000

Tachirenses consultados sobre la decisión del presidente Nicolás Maduro de rechazar la habilitación de un canal humanitario para dar medicinas a enfermos en Venezuela, exigieron que el presidente obrero se ponga la mano en el corazón.

“Tengo un familiar que convulsiona y no le conseguimos el tratamiento. Me parece muy equivocado de ellos, las personas están sufriendo por tratamientos para la hipertensión, convulsiones, niños con cáncer y me parece muy injusto que el gobierno juegue con la salud de los venezolanos, dijo Socorro Varela.

Sorelys Sánchez fue operada hace seis meses por un derrame pericarido. Su mamá tiene 85 años y tampoco consigue los medicamentos para ella

“Mi mamá toma clopidogrel, clonazepan, captopril (principios activos) Me operaron hace seis meses y esta es la fecha y no he podido tomarme el tratamiento como es debido porque no lo consigo. Yo le digo al señor presidente que se ponga la mano en el corazón y piense en nosotros, en los que estamos padeciendo por tratamiento”, dijo Sánchez.

Carlos Chacón vive con su abuelo enfermo y ocasionalmente su tío le envía de Estados Unidos algunas cajas de tratamiento pero si acaso alcanzan para un mes.

“No está bien que nieguen el canal humanitario. Aquí se está pasando mucha necesidad con las medicinas. Los que tienen dinero van a Colombia a comprarla. Una medicina que acá puede costar 40.000 bolívares, en Cúcuta vale un millón”, dijo.

Laidy Gómez, gobernadora del Táchira reveló que su padre es diabético y su mamá es hipertensa. Debe pasar la frontera para comprarles metformina y losartán para evitar que se descompensen. En Venezuela, no los consigue.

“Es la realidad mía y la de una inmensidad de pueblo que tiene la misma condición. Lo único que uno le pide a Dios en esta situación, nos de salud y que se apiade”, dijo Gómez.


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