Las vidas de Carolina Barrios y Gustavo Lecourtuois dieron un giro terrible en 2016 cuando un dermatólogo les informó que el problema de piel de su bebé debería ser tratado con un oncólogo puesto que debían librar una batalla contra una severa enfermedad y contra la crisis que atraviesa el país.

Los padres han visto crecer a su hija, de cuatro años de edad, en medio de las altas y bajas que le ha causado padecer histiocitosis de células de Langerhans, una enfermedad, que se  controla con un costoso tratamiento oncológico.

Los parientes indicaron que conseguir los medicamentos comenzó el 1 de febrero de 2016 cuando la menor de edad,  hija de una ingeniero y de un comerciante, tenía menos de un año.

«Al principio la quimioterapia era cada ocho días, era superrudo, nosotros vivíamos de lunes a lunes en la clínica», dijo Barrios. 

Barrios indicó que niña de cuatro sufrió en ese momento una recaída por causa de una bacteria que entró en la sangre y para lograr estabilizarla se necesitó una cantidad de dinero con la que no contaban.

«Nosotros tenemos familiares afuera y en particular yo recibía ayuda de los familiares afuera, mi hermana que vive en España y mi tía que está en Italia y su mamá (de Gustavo) que está en Francia, entonces nos ayudaron, nos enviaron moneda extranjera», comentó la madre.

La ayuda monetaria sirvió para superar la emergencia.

«Si a mí no me ayudan yo no hubiese podido (…). Gracias a Dios que pudimos tratarla allí porque ya estaba la crisis de los antibióticos», dijo la madre de la menor de edad.

Al principio, en 2016, la situación «no era tan ruda», después se agudizó la crisis en Venezuela traducida no solo en la imposibilidad de conseguir el tratamiento sino en el aumento de todos los materiales para atenderla.

«Las medicinas empezaron a llegar a nosotros gracias a las redes sociales. Nosotros necesitamos redes sociales, si las quitan en Venezuela nos terminan de ahorcar», dijo Barrios.

Barrios y Lecourtuois crearon una página, Mafer y Carol Juntas contra la Histiocitosis, para realizar una campaña y pedir fondos en Facebook. 

Barrios dijo que la enfermedad persiste en el sistema inmunológico y hasta que sus defensas no estén totalmente fortalecidas, puede empeorar o mejorar.

«Hasta ahora la mantenemos controlada con el protocolo de quimioterapia», explicó la madre.

La pareja le agradeció a Dios por la ayuda ante situaciones díficiles.

El padre comentó que algunos han ayudado consiguiendo los medicamentos, otros llevándolos a Venezuela y otros replicando el mensaje de solicitud de ayuda que también ha llegado a varias Organización No Gubernamental del mundo que han asistido a esta familia.

La familia venezolana recibió ayuda de las organizaciones Venezuela Sin Límites, Fábrica de Favores, de la colombiana Un Nuevo Amanecer y de la plataforma de recolección de fondos internacional GoFundMe, entre otras.

Barrios catalogó a los medicamentos como viajeros, debido a la  escasez y a la falta de dinero que no han sido los únicos obstáculos que han aparecido en la ruta para la curación de su hija. La madre comentó en varias oportunidades salió del país hasta alguna ciudad fronteriza para recibir las donaciones de medicamentos.

Lecourtuois señaló que los medicamentos que se consiguen en el país son revendidos y sin garantías de seguridad. Igualmente, denunció que el país juega con la salud. 

«Estamos atravesando una situación muy ruda, de salvar a tu hija, de hacer todo, y que de paso que no puedas conseguir todos los medicamentos, de paso todo es triple caro no puedes ni moverte dentro de tu propio país porque conseguir un pasaje aéreo es una tortura y realmente tienes que mostrar las heridas para decir ‘por favor ayúdame'», expresó Barrios.


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