“Mi niño ha engordado, estaba en un estado de desnutrición grave, se le veían los huesitos”, dijo Marisol Lore, madre de Jesús, uno de los niños que forma parte del modelo de intervención de semi-internado del Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano (Cania).

Cania ayuda a niños, adolescentes y mujeres embarazadas que se encuentran en estado de desnutrición. Desde las 7:00 am hasta las 4:00 pm, los menores de edad comen de acuerdo con la asesoría de los nutricionistas y los pediatras. Los trabajadores sociales, psicólogos y psicopedagogos instruyen a las madres, quienes además cuentan con educadores para saber cómo llevar su situación.

“Cania ha sido excelente. Me ha enseñado mucho”, agregó Marisol Lore.

La doctora Mariana Mariño, miembro de Cania, indicó que la desnutrición se puede catalogar como una enfermedad. Criticó la ligereza con la que se pueda ver este problema.

“Si vemos la desnutrición como una situación que está allí, pero que no compromete la vida del paciente, que no tiene consecuencias, va a ser poco probable que encontremos en los familiares unos aliados para poder manejar la situación”, explica Mariño.

El tratamiento que provee Cania se dirige a la familia. Los especialistas coinciden en que la recuperación del paciente debe ser sostenible y esto pasa por cambiar la dinámica familiar. El personal enseña prácticas que mantengan en una condición saludable al paciente.

Aixa García, madre de Thiago, quien ya está próximo a ser dado de alta, explica que en Cania se dio cuenta de cómo se deben hacer las cosas. “Ahora sé cómo debo alimentarlo. Aquí te dan las herramientas para todo”, añadió.

García aseguró que la dedicación que le tienen a los niños, vengan de donde vengan, si son de bajos recursos o no, es enorme. “Aquí todos te tratan bien”, afirmó, mientras juega con su hijo en el parque del centro asistencial.

La doctora Mariño resaltó que cada vez atienden más casos de desnutrición grave.

“Dentro de este grupo, la mayoría de los niños son menores de dos años de edad. Se encuentran dentro de los primeros 1.000 días de vida, un período crítico que compromete a futuro la salud y desarrollo del niño”, advirtió la especialista.

A pesar de estar ubicados en el sector La Yaguara, de la parroquia Antímano, el centro nutricional recibe a pacientes de la Gran Caracas y de otros estados del país.

“Entregamos una serie de herramientas en ese rol de protección. Cania es prevención activa y también intervención”, señaló la doctora.

Los representantes de los niños coincidieron en que el servicio es integral y que es una ayuda imprescindible frente a la crisis económica que se vive en el país.

“En Cania conocen el verdadero peso de la responsabilidad que tienen con los niños. Nos han transmitido educación, responsabilidad y compromiso. Yo creo que Cania es una bendición para el país”, puntualizó Yaritza de Corrales, una madre emocionada por la recuperación de su hijo.


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