Vestirse y verse bien ya forma parte de los lujos a los que la gran mayoría del pueblo venezolano no puede acceder. La imagen corporal de nuestra gente se encuentra opacada, muchas personas andan con los zapatos, franelas y pantalones rotos, viejos y sucios, ya que la escasez de agua y los altos precios del jabón hace que lavar nuestras prendas de vestir sea una tarea difícil .

Adquirir un vestuario totalmente nuevo es sumamente costoso para quien sólo tiene como salario no más de cinco millones de bolívares. Una franela nueva tiene un precio equivalente a veinte millones; un pantalón, cuarenta millones; unos zapatos -dependiendo de la marca- oscilan entre cuarenta y ciento cincuenta millones de bolívares.

Por tal motivo, los venezolanos han recurrido a arreglar con un sastre la ropa vieja que tiene salvación, en lugares como  el “mercado de los corotos” se pueden conseguir prendas de vestir accesibles y si no se tienen prejuicios en colocarse ropa usada, es una muy buena opción para tratar de refrescar nuestra imagen personal.

Lamentablemente la primera impresión en estos tiempos tiene gran importancia, tanto para adquirir un nuevo empleo como para causar agrado a cualquier lugar que se visite; la seguridad y confianza personal está en buena parte influida por el vestuario que se posea y en la actualidad, tanto mujeres como hombres venezolanos padecen de una presencia precaria.

La crisis humanitaria se hace notar en la actitud y en el lenguaje corporal del venezolano, el supuesto “hombre nuevo” que quiere imponer el gobierno comunista venezolano está haciendo estragos en la psique de la gente, afectando desde los más jóvenes hasta las personas de tercera edad.

En @ReporteYa seleccionamos algunas opiniones de nuestros destacados seguidores:

Nuestra seguidora, @That_Ella_ redacta: “El otro día salí a comprar ropa nueva. Cuando llegué a la casa me puse a llorar porque tenía años sin hacer eso, ya que en Venezuela las prioridades eran otras y aquí, pudiendo, algo mentalmente me tenía bloqueada”.

La cuenta, Venezolano en pie @venezolanoenpie señala: “Los venezolanos comemos poco, nos transportamos en “perreras”, nos dan agua en camiones, usamos ropa vieja y rota, nos bañamos menos y nos expresamos como si no supiéramos hablar español, muy mal”.

El usuario, @soyrehab expresa: “Objetivo: Comprar ropa y zapatos de todas las marcas posibles. Obstáculo: Vivir en Venezuela”.

El tuitero, Wild Makaby @WildMakaby comunica: “Hay colegas profesores universitarios que casi literalmente están en estado de indigencia. Eso me duele como profesional y como alguien que sigue luchando por formar nuevos profesionales”.

El usuario, Juan @Gorki_2 comenta: “Los Venezolanos nos estamos calzando gracias a los lotes de zapatos usados de bajo costo que algunos comerciantes están importando”.

La cuenta, lupe + maia @wildoune escribe: “En Venezuela no puedes simplemente tener ropa nueva porque los precios son inimaginables”.

Nuestro seguidor, Soy la Tovar @Tovar50 argumenta: “En Venezuela ya ni ropa interior podemos adquirir, lo importante es no desfallecer y seguir luchando así sea con los zapatos rotos”.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!