En reunión con la con la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios (ANSA), el Ministro de la Defensa y Jefe del Comando de Abastecimiento Soberano, Vladimir Padrino López, enfatizó que se debe colocar en el cuerpo de cada producto, el precio que tenía para la fecha del 15 de diciembre del pasado año 2017.

Lo acordado en el círculo militar también señala el deber que tienen los cuerpos de seguridad, para resguardar los productos y alimentos y que los mismos deben ser trasladados sin ningún tipo de inconveniente, debido al constante azote de saqueos en las carreteras principales de todo el territorio nacional.

Con dichas medidas se pretende darle «seguridad alimentaria al pueblo», sin embargo, gremios como: la Cámara Venezolana de Industrias Lácteas (Cavilac), La Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), y la Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria), expresan su rechazo absoluto a la medida tomada por el Ministro de la Defensa.

Los empresarios nacionales señalan que la fiscalización de precios no resuelve, ni tampoco contribuye a la búsqueda de soluciones, al contrario, agudizarán la escasez y el desabastecimiento. Las personas aprovecharán los descuentos y vaciarán los anaqueles, pero luego los comercios no tendrán como volver a invertir ya que el ajuste no genera ganancias, sino pérdidas económicas a bancarrota.

¿Será que los productores aceptarán que le paguemos a precio del año 2017? ¿Se le cancelará a nuestros trabajadores con nóminas laborales del 2017? ¿Con qué dinero se le va a pagar a los empaquetadores que importan sus materiales, si estamos trabajando a pérdida? son algunas de las interrogantes de los representantes de estas industrias.

En vez de imponer medidas amedrentadoras, se debería aupar la producción nacional, estimular a las industrias, facilitar el acceso a las divisas y a las materias primas e insumos. Hay que rescatar la confianza en la seguridad jurídica y en la propiedad privada para que vuelvan aquellos inversionistas nacionales y extranjeros.

Según el presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga, en estos momentos en Venezuela, solo se está produciendo el 10% de lo que se generaba hace 19 años, lo cual calificó como una cantidad ínfima. El gobierno se queja de que la industria tiene precios altos, pero se niegan a reconocer que esos precios son una consecuencia de las malas políticas públicas, que son de su única y exclusiva responsabilidad.

En @ReporteYa seleccionamos algunos comentarios que sobre este tema realizaron nuestros destacados seguidores:

La cuenta, Peli 2018 @Peli_CCS señala: «Acá la verdadera «guerra económica»: La FANB aniquilando comercio y producción local apoyando la medida más equivocada posible para estabilizar el mercado».

La señora, Elba Pedroza @Elbagalleta indica: «¿Y es que acaso los precios de diciembre les parecen muy baratos? Si me dijeran que al mes de junio todavía se podría aceptar».

La tuitera, Crismaed @crismaed comenta: «¿Qué las FANB van a bajar de precios? De qué si no hay nada»

El señor, Ramiro Añez @RamiroAnez comunica: «Palabras más, palabras menos… Lo cierto es que las cosas están más caras, la hiperinflación es una realidad no se soluciona con las mismas palabras de siempre sino con acciones y medidas eficientes. Este modelo ha demostrado todo lo contrario».

La usuaria, Johan Rojas @pasionextremada redacta: «Ustedes actúan cuando ya es imposible hacer nada. ¡Y de paso en el Sundde lo que hay es la corrupción que da miedo! Supervisen a sus empleados Sundde para que terminen de darse cuenta que la guerra económica la propician ustedes mismos».

El tuitero, Eduardo Iglesias @churchesei expresa: «Vengan al mercado La Hormiga en el Cementerio y verán los precios y que «solidarios» que le venden al público. Carne a 340 mil bolívares por Kilo. Pollo 250 mil Bs. por kilo. Puras mentiras y promesas».

Finaliza, Karimar @Carlalopez1404 destaca: «¡Qué payasada!  ¿Por qué mejor no vas y obligas a los bachaqueros que son los que nos tienen fregados con la comida? venden las bolsas de los Clap sin ningún problema en Catia».


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