El oeste de Caracas vivió ayer una de las peores arremetidas de los cuerpos de seguridad del Estado. La Guardia Nacional Bolivariana detonó bombas lacrimógenas desde las 9:00 de la mañana, aunque habitantes de la zona resistieron los ataques.

La plaza Madariaga era uno de los 26 puntos de salida de la marcha convocada por la Mesa de la Unidad Democrática para llegar a la Defensoría del Pueblo, pero el área estaba prácticamente militarizada. Fueron dispuestas barreras de metal, tanquetas y  ballenas a lo largo de varias calles.

 No hubo lugar en el que las lacrimógenas no llegaran. En el eje de homicidios de la subdelegación El Paraíso del Cicpc los detectives caminaban despavoridos como consecuencia de los gases. Se arrojaban al piso, lloraban y hasta golpeaban las paredes cuando los gases eran continuos. Habitantes del lugar les reclamaban que no actuaran para evitar la represión de la GNB.

“Nos tienen cercados, le tienen miedo a esta marea blanca; qué le asusta”, gritaba Patricia Bonet.

Residentes de la zona se cansaron de recibir gases y comenzaron a responder. Lo hicieron con lo que encontraban en la vía pública: palo y piedra. Colocaron barricadas para evitar el paso de vehículos.

En el transcurso de la mañana la protesta se movió a varias calles. Al mediodía hicieron acto de presencia los dirigentes de Voluntad Popular Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, y Freddy Guevara, segundo vicepresidente de la AN. Informaron que la movilización del oeste tuvo éxito sin precedentes.

Guevara dijo que el Plan Zamora activado por el gobierno, lejos de asustar a los ciudadanos, los motivó a salir a las calles. “El hecho de que estemos hoy los venezolanos en las calles a pesar del Plan Zamora es una gran victoria para todos, un paso más que nos acerca al final de esta dictadura”, dijo.

Tintori intentó mediar con los militares,  pero recibió lacrimógenas en repuesta.

Uno de los puntos en los que la GNB atacó con mayor saña fue el puente 9 de Diciembre, en la avenida Washington. Apoyada por civiles armados, atacó edificios, como el Araguaney, en los que minutos después intentaron entrar a la fuerza. Los principales afectados por el ataque con lacrimógenas fueron los niños y las mascotas, que presentaron afecciones respiratorias debido a los gases.


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