Habitantes de la Colonia Tovar, en buena parte agricultores y descendientes de fundadores alemanes, permanecían ayer en la tarde en protesta no solo contra la propuesta de una constituyente, sino contra las detenciones supuestamente arbitrarias de seis vecinos, desde el jueves pasado, practicadas por funcionarios dela GNB.

En la mañana manifestaron a las puertas de la sede del comando militar, en el centro del pueblo, para exigir la libertad de tres trabajadores, con edades comprendidas entre 25 y 40 años de edad, a quienes enviarían a la cárcel de Tocorón por protestar. Además, cerraron de nuevo las vías de acceso al pueblo, y los comercios no abrieron. No hubo actividad turística ni comercial.

“Mantendremos la protesta pacífica hasta el miércoles, cuando realizaremos una vigilia en la Iglesia para que se acabe la violencia y la arbitrariedad”, afirmó Gabriela, vecina de la localidad, universitaria y vendedora de frutas los fines de semana.

Exigen, además, que el alcalde Henry Vásquez “aparezca y dé la cara” por la comunidad.

Los colonienses se mantienen en las calles desde el jueves 20 en la tarde, cuando representantes de la zona educativa que corresponde a esa localidad visitaron la escuela Unidad Educativa Elizabeth Von Keller, que está ubicada frente a la alcaldía, para comenzar a “adoctrinar” a los estudiantes sobre la asamblea constituyente que el gobierno quiere implantar.

Estudiantes y padres y representantes de ese plantel rechazaron la pretensión de la funcionaria que, dicen los vecinos, se retiró voluntariamente cuando a la comunidad educativa se sumaron agricultores y comerciantes para manifestar con barricadas en la vía.

El cierre de los accesos de la pequeña ciudad molestó a los funcionarios de seguridad. Un incidente entre uno de los guardias nacionales en moto y una niña enervó el ánimo colectivo. Entre gritos, piedras, cerca de la sede de Inparques, se enfrentaron uniformados y manifestantes.

Gabriela aseguró que “infiltrados lanzaron molotov contra la sede gubernamental y se produjo un incendio” que destruyó parte del local y vehículos abandonados. La represión aumentó y el pueblo de 225 kilómetros se llenó de lacrimógenas. “Hubo asfixiados de la tercera edad”, dijo.

Otro comerciante, que prefirió reservar su identidad, afirmó que seguirán manifestando. La presencia de funcionarios de la GNB por todo el pueblo se ha incrementado pero no se detendrán. “Nosotros repudiamos los hechos violentos y vandálicos ocurridos y que fueron provocados por infiltrados, porque somos pacíficos pero seguiremos en la calle protestando”, añadió.


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