Al día de hoy son más de 400 personas, de acuerdo con la comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional, que están presas por disentir del gobierno. El Foro Penal Venezolano y la Coalición por la Democracia y los Derechos Humanos coinciden en que las condiciones de reclusión y los maltratos y vejaciones desmejoran la salud de los presos políticos. Representantes de ambas organizaciones no gubernamentales aseguran que todos los detenidos sufren de alguna enfermedad.

Alfredo Romero, director ejecutivo del Foro Penal, señaló que los presos políticos –incluidos los que fueron excarcelados el primero y 2 de junio– no solo están expuestos a contraer enfermedades físicas por los maltratos que reciben o han recibido, las agresiones también afectan el estado psicológico de los detenidos y los conlleva a padecer traumas.

“Todos los presos políticos de alguna u otra forma presentan dolencias físicas, problemas severos de salud o traumas psicológicos. Hay unos casos con más gravedad que otros”, indicó.

Carlos Aristimuño, de 60 años de edad, que está preso en la cárcel de Santa Ana, ubicada en el estado Táchira, y José Alberto Marulanda, médico del Hospital Universitario de Caracas que se encuentra recluido en El Helicoide, son dos de los tantos casos que existen que evidencian lo que denuncian las ONG. De acuerdo con Romero, ambos padecen enfermedades severas producto de los golpes y tratos crueles que han recibido durante la detención.  

Aristimuño, que fue detenido en abril, sufrió un derrame digestivo el 19 de mayo, debido a una golpiza. Marulanda, que es traumatólogo especialista de manos, declaró en la audiencia de presentación que durante los 4 días que estuvo desaparecido en manos de funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar fue víctima de torturas y en oportunidades hasta con electricidad. Tales maltratos le comprometieron los dedos de las manos, por lo cual ha perdido la movilidad de ellos. También presenta dolencias constantes en la espalda.

Celdas inhumanas. Enfermedades estomacales, respiratorias, lumbares y dermatológicas son padecimientos comunes en los presos políticos producto de las condiciones de las cárceles, como el hacinamiento, la falta de agua potable y de camas para dormir, el mal estado de la comida y la humedad de los cuartos que usan para el aislamiento.

Alonso Medina Roa, abogado de la Coalición por la Democracia y los Derechos Humanos, afirmó que las condiciones de los sitios de reclusión no son las mejores para la permanencia por largo tiempo. Esto conlleva a que los detenidos sufran problemas de salud que se pueden complicar si no reciben atención médica a tiempo.

Informó que en las últimas semanas se ha agudizado la situación de salud de los presos políticos. 20 detenidos han requerido atención médica, como es el caso de teniente coronel Ruperto Sánchez, recluido en la cárcel militar de La Pica, quien presenta un problema respiratorio que se le ha acentuado en los últimos días por falta de atención hospitalaria.

“Creemos que la intención de no atender médicamente a un preso es que la persona padezca mayores dolencias y eso es un esquema de torturas”, aseveró Romero. Agregó que el Estado tiene la obligación de garantizar la atención médica de los presos.

Medina Roa aseguró que el gobierno y autoridades del sistema de servicios penitenciarios ha limitado la atención médica para los presos políticos.

Ambas ONG exigen al gobierno garantizar el bienestar y la salud de todas las personas que se encuentran encarceladas por motivos políticos.

Víctimas

1-    El general de la Aviación. Oswaldo Hernández, detenido en 2014 y sentenciado en 2015 a 7 años de cárcel por el delito de instigación a la rebelión, se encuentra internado en el Hospital Militar de Caracas. Presentó una inflamación en los ganglios y por la falta de atención médica devino en un cáncer de glándulas que hizo metástasis.

2-    William Alberto Aguado, de 58 años de edad, es médico cirujano y fue detenido por la DGCIM y el Sebin por ser el presunto dueño del chalet en el que se resguardaban Oscar Pérez y su grupo. Su familia denunció que tiene un riñón desprendido producto de golpes recibidos en prisión. También tiene problemas de tensión alta.

3-    Villca Fernández, dirigente estudiantil de Mérida detenido en 2016 por escribir un tuit a Diosdado Cabello, se encuentra en El Helicoide y padece de problemas de tensión alta. Sufre constantes crisis hipertensivas y el 4 de mayo fue la última. En esa oportunidad no fue trasladado hacia un hospital pese a que se desmayó dos veces. 


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