Pérdida de peso de alrededor de 27 kilogramos, bronquitis, sarna, piedras en el riñón y hemorroides. Algunos de los efectos que tuvo la reclusión en el estadounidense Joshua Holt durante los primeros seis meses en El Helicoide.

“Fue lo más cercano al infierno que te puedas imaginar. Tuvimos suerte de salir de ese sitio con vida. Cuando llegué estaba aterrorizado y me enfermé mucho”, comentó el estadounidense en una entrevista al Daily Mail.

Con un diente roto y constantes dolores de estómago. A pesar del dolor, Holt no llegó a recibir ayuda odontológica durante tres meses. Solo pequeñas dosis de analgésicos.

Los abusos no fueron exclusivos del denominado “gringo” por los funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).

Thamara Caleño, esposa de Holt, denunció que fue objeto de torturas por parte de miembros del Sebin.

“Me electrocutaron con un pistola eléctrica. Querían que firmara una confesión que decía que Josh era un espía, parte de una conspiración. Que había liderado a la CIA para derrocar al gobierno venezolano, que había asesinado gente. Me rehusé y lloré”, dijo Caleño entre lágrimas.

“Decían que era el jefe de la CIA en Venezuela, un piloto militar, porque casi tuve mi licencia de piloto, y que era un terrorista. Decían que me había enviado Obama para tomar Caracas”, expresó Holt.

Lea la entrevista completa aquí.


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