Los obispos venezolanos consideran que la salida de Nicolás Maduro es necesaria para que el país supere la crisis económica, política, social y de servicios públicos y se enrumbe hacia el desarrollo, afirmó el arzobispo emérito de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino.

“Con Nicolás Maduro al frente de la presidencia no hay solución para Venezuela. La situación es insostenible. Este es un gobierno totalmente ineficiente, incapaz, que ha hundido a la nación en la ruina y debe irse”, manifestó.

Recordó que el 9 de enero la Conferencia Episcopal Venezolana emitió un documento en el que expresaba que “es moralmente inaceptable que el Ejecutivo quiera mantener a toda costa el poder y prolongar el fracaso e ineficiencia de estas últimas décadas”.

A su juicio, eso ha condicionado el escenario político de los últimos días, cuando los ciudadanos se sumaron al llamado del presidente de la Asamblea Nacional y presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, para llevar a cabo la fase definitiva de la Operación Libertad, con la cual pretenden lograr el cese de la usurpación.

“El pueblo reacciona frente a la incapacidad y exige, simple y llanamente, que el gobierno se haga a un lado para que haya un gobierno provisional, elecciones nuevas y el país tome un nuevo rumbo”, indicó.

Urosa desestimó que la acción del martes por Guaidó representara un intento de golpe de Estado, al considerar que forma parte de la estrategia opositora con el fin de presionar a la cúpula gobernante para que “se haga a un lado y permita que Venezuela renazca”.

Para el cardenal, la negativa del Ejecutivo de abandonar el poder por vías pacificas, ha llevado a los líderes de oposición a ir emprendiendo diversas acciones con el fin de hacerle entender que “no tiene ya la capacidad de gobernar, que ha perdido la gobernabilidad”.

Afirmó que la propuesta de ir a paros escalonados que conduzcan a una huelga general, que formuló el mandatario interino, es un recurso “democrático, completamente legal y aceptable”, en la lucha política.

Celebró la excarcelación del líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, y ratificó la exhortación de la CEV para que sean liberados todos los presos políticos del país. “Siempre he creído que la prisión de López es totalmente injusta, y lo he dicho abiertamente en repetidas ocasiones”, expresó.

Rechazo a la represión, violencia e intervención

Urosa pidió que cese la represión por grupos paramilitares armados contra las personas que manifiestan, y pidió que los responsables intelectuales y materiales de esos hechos sean llevados ante la justicia.

“Este miércoles asesinaron a una muchacha, madre de dos hijos, de un balazo en la cabeza. Eso es algo absolutamente inaceptable y lo condenamos fuertemente. No se puede atacar con armas de fuego a gente que está simplemente pidiendo libertad”, manifestó.

Denunció que un grupo de alrededor de 20 miembros de la Guardia Nacional Bolivariana, con motocicletas, irrumpieron en la Iglesia Nuestra Señora de Fátima en San Cristóbal, estado Táchira, disparando bombas lacrimógenas mientras se celebraba una misa: “¿Cómo es posible que la Fuerza Armada Nacional, la GNB, haga actos de violencia en una iglesia durante un acto sagrado? Estamos llegando a extremos absolutamente inéditos y desconocidos en Venezuela. Esto es totalmente inaceptable”.

Aclaró que la Iglesia católica no quiere actos de violencia ni intervención militar extranjera en el territorio nacional, sino que se lleve a cabo “una presión muy fuerte, tanto interna como externa, para que el gobierno comprenda que debe abandonar el poder, para que Venezuela transite por caminos de convivencia y de progreso, y salga de la ruina y la violencia”.

El cardenal pidió a la oposición que evite siempre la violencia, actúe con prudencia y con sentido democrático. “Hay que convencer a Maduro de que está situación es absolutamente inaguantable y que debe hacerse a un lado para que haya una solución democrática por el bien del pueblo”, enfatizó.

El Vaticano está informado

La Presidencia de la CEV dirigió una carta al papa Francisco para informarle de la situación que se vivía en Venezuela para el 25 de abril, informó Urosa. Añadió que el sumo pontífice está plenamente informado y al día de la gravedad de la situación venezolana.

Indicó que los obispos no han recibido instrucciones directas de la Santa Sede en los últimos días, más allá de la de cumplir con su misión apostólica, sacerdotal, espiritual y religiosa de “acompañar al pueblo venezolano en los sufrimientos que está padeciendo, de defender sus derechos y anunciar el reino de Dios y el amor de Cristo”.

Agregó que la Iglesia está dispuesta a respaldar un proceso de negociación entre el gobierno y la oposición para un cambio político: “Nosotros estamos dispuestos a apoyar esos esfuerzos de encuentros para soluciones democráticas”.


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