Nombre, apellido, cédula de identidad y número telefónico eran algunos de los datos que José Guerrero, miembro de la Unidad de Batalla Bolívar Chávez, le solicitaba a los electores que sufragaban en la iglesia evangélica que hay en el edificio de Misión Vivienda en Santa Rosalía, en el centro de Caracas.En una hoja de cuaderno Guerrero llevaba el control de los habitantes del desarrollo urbanístico que habían votado en el lugar. En otra hoja tenía anotado quiénes eran los residentes de la misión que ejercían el derecho en otros centros. ?Los que no votan aquí son trasladados por nosotros a las escuelas que les tocan?, aseguró.En el edificio se instaló una mesa de votación para atender a 170 electores. A las 1:30 de la tarde había sufragado aproximadamente 80% del total. ?La mesa se instaló sin complicaciones. Solo hubo un inconveniente con la coordinadora del centro y los testigos de la oposición. Ella se resistía a que nosotros instruyéramos a los votantes para evitar que salieran tantos votos nulos?, aseguró Frankling Esparragoza, testigo de la Mesa de la Unidad Democrática.La presencia de miembros de la UBCH se repitió en el edificio de Misión Vivienda La Vega III, en Montalbán, en el oeste de Caracas. En un kiosco rojo, ubicado a menos de 20 metros del centro de votación, un grupo de personas esperaba que los electores salieran. ?Cuando termines de votar acuérdate de pasar por aquí para que firmes?, dijo una de las mujeres a un hombre que estaba por entrar.En ese centro de votación, en el que están inscritos 722 electores, falló uno de los equipos y el proceso se retrasó. ?Tuvimos que cambiar la máquina de la mesa 1 porque no emitía los comprobantes del voto. Eso es lo que ha hecho que haya cola?, dijo Yurisma Blanco, presidente de la mesa. Aseguró que en su mesa no se presentó ningún testigo de oposición.Los electores que esperaban para sufragar, la mayoría residentes del edificio, esperaban ansiosos. ?Han cambiado más de tres veces el equipo, ojalá ahora sí funcione?, dijo una de las mujeres que prefirió no ser identificada.El punto rojo, cubierto con fotos de los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro, no faltó en el edificio de Misión Vivienda de la Urbina, en el este de Caracas. Delia Machado, presidente del centro, aseguró que todo el proceso funcionaba con normalidad. ?Faltaron tres miembros de mesas que se cubrieron con testigos que estaban aquí. Temprano tuvimos casos de votos nulos, pero explicamos más cómo se debía votar y dejaron de ocurrir?, dijo.A las 3:20 de la tarde habían sufragado 256 personas de las 342 que están inscritas en el lugar. No había cola. Carlos Jiménez, testigo del Partido Socialista Unido de Venezuela, aseguró que los vecinos habían comenzado a buscar a los electores que faltaban. ?Están con parlantes movilizando a los que no han venido. Queremos que participen, pero no hay presión. Aquí todos sabemos que hay problemas, sí, pero tampoco hay que ser malagradecidos?, dijo.En San Martín, en un taller mecánico ubicado frente al colegio Agustín Zamora Quintana, un pequeño grupo de personas enseñaba cómo votar por el PSUV. ?Arriba y a la izquierda?, decían mientras señalaban en la réplica de una máquina de votación la tarjeta del partido fundado por Hugo Chávez, la única que aparecía.Bailaron y brindaron. Los puntos rojos también cercaron a consejos comunales y bases de misiones en los que funcionaron centros de votación en Caracas, un tipo de infraestructura no tradicional en el que suele funcionar organizaciones afines al PSUV, que se multiplicaron para esta votación.En la casa comunitaria Kleber Ramírez, en Monte Piedad, la propaganda a favor del oficialismo no solo estaba en afiches. El presidente Hugo Chávez y la frase: ?si quieren patria, vengan conmigo? estaban pintadas en las paredes. Lisbeth Chirinos, presidente de la mesa, aseguró que en el lugar había testigos de oposición. ?Andan por ahí, solo que estaban muy ocupados?, dijo.En el 23 de Enero votaron con amenazas en pancartas. En una de ellas, firmada por el colectivo La Piedrita, se advertía: ?Defenderemos la revolución como sea?.Cerca del Centro de Educación Manuela Álvarez I, en El Valle, también había un toldo rojo con hombres que anotaban datos de algunos electores. Las cornetas que pusieron en el lugar emitían una y otra vez consignas alusivas a la revolución bolivariana. Quienes estaban cerca bailaban y brindaban.Bebidas alcohólicas también eran ingeridas por ciudadanos que rondaban el consejo comunal Matea Bolívar, en el Valle, a las 2:50 de la tarde. El centro queda al final de una calle empinada por la que transitan motos, en su mayoría. Para ingresar al lugar hay que subir unas escaleras desgastadas y sin barandas. Solo llegaron dos de las personas acreditadas para trabajar en la mesa. ?Se formó con quienes estaban aquí para el momento de abrir el centro?, dijo Erika López, coordinadora del CNE.El DATO 54 circunscripciones, de las 87 que hay en el país, son consideradas vulnerables porque más de 5% de su electorado vota en centros poco confiables, entre ellos se ubican los centros en edificios de Misión Vivienda, en bases de misiones y en consejos comunales en los que la oposición enfrenta dificultades para ejercer su trabajo de resguardo al voto.


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