El presidente Donald Trump agrandó la brecha entre Estados Unidos y sus aliados occidentales con un inesperado pedido de reintegrar a Rusia al Grupo de los Siete.

Mientras los líderes de las mayores democracias industrializadas del mundo comenzaron a reunirse para la cumbre del G-7, gobernantes europeos advirtieron que la posición de Trump amenaza el orden mundial liderado por Occidente. Ya furiosos por las posiciones de Trump en materia de comercio, cambio climático y la cuestión de Irán, el G-7 presentó una grieta en su unidad contra las agresiones de Rusia.

Antes de abordar el avión que lo llevó a Canadá, Trump instó a que el grupo vuelva a lucir el formato de G-8 que tenía antes de excluir a Moscú en 2014. “Deberían dejarla volver porque debemos tener a Rusia en la mesa de negociaciones”, argumentó.

Luego de anexarse la región ucraniana de Crimea, Rusia fue expulsada. La idea fue inmediatamente rechazada por los jefes de gobierno de Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia, afirmó la Presidencia francesa.

“La posición europea no es por un retorno de Rusia”, dice un comunicado difundido tras una reunión entre Emmanuel Macron, Angela Merkel, Theresa May y Giuseppe Conte, que se había declarado a favor de Trump, pero apoyó finalmente a sus pares europeos que a cambio le concedieron abrir canales de diálogo con Moscú.

“Es evidente que el presidente estadounidense y el resto del grupo siguen en desacuerdo en materia de comercio, cambio climático y el caso Irán”, dijo Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo.

“El orden mundial, basado en reglas comunes, se ve desafiado no por los sospechosos habituales sino, de manera sorprendente, por su principal arquitecto y garante: Estados Unidos”, expresó Tusk, invitado a la reunión.

Trump fue el último de los líderes del G-7 en llegar a la cumbre que se celebra en La Malbaie, en el norte de Quequec. Fue el principal blanco de las protestas callejeras. Manifestantes enmascarados quemaron banderas de Estados Unidos y de los otros países del grupo.

Tres décadas después del fin de la Guerra Fría, las naciones del G-7 están divididas en cuestiones referidas al comercio, ambiente y compromisos multilaterales como los relacionados al programa nuclear de Irán.

Crisis venezolana. El jueves en la noche, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, mantuvo una reunión bilateral con los dos representantes de la Unión Europea en la cumbre, Tusk y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Fuentes de la UE señalaron que en la reunión los tres políticos discutieron los preparativos para la cumbre, especialmente en lo concerniente a las discusiones sobre comercio, acerca del conflicto entre Rusia y Ucrania, la situación en Corea del Norte y la crisis de Venezuela


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