Entre pocos toques de diana y fuegos artificiales a las 6:00 am empezó la jornada para los comicios presidenciales y de consejos legislativos. La poca afluencia de ciudadanos en los centros electorales que se observó durante el día, la instalación de puntos rojos dentro del perímetro de seguridad y las grandes colas para tomar el transporte público y comprar alimentos marcaron este proceso que duró más de 12 horas.

A las 10:35 am el centro electoral del CVA, en Las Mercedes, solo había recibido 15% (636) de los 4.244 electores, de acuerdo con el coordinador. “Antes, a esta hora ya había una cola de personas que esperaban por votar”, recordó.

Era ínfima la cantidad de gente en las inmediaciones. Las pocas personas que llegaban entraban de inmediato y, cuando mucho, salían dos minutos después. Un votante salió sin tener idea de por quién había votado para los consejos legislativos. “Nunca nos explicaron nada al respecto”.

En el Liceo Fermín Toro se evidenció el ventajismo del gobierno. Militantes claramente identificados con el PSUV permanecían en las afueras del centro e informaban cada cierto tiempo la cantidad de votantes que había acudido al centro, sin ninguna autorización de los funcionarios del CNE, que se negaron a precisar el porcentaje de participación. Una de las voceras de los consejos comunales indicó que habían sufragado 3.982 electores de 8.079 hasta la 1:30 pm.

Aproximadamente a las 2:00 pm ninguna de las mesas de la Unidad Educativa Nuestra Señora del Rosario en La Trinidad había recibido más de 50 votantes. Solo había votado 9% (511) de los 5.683 electores inscritos.

A esa misma hora, el Liceo Miguel Antonio Caro en Catia, donde votó el presidente Nicolás Maduro, había 8 hileras de sillas rojas vacías, mientras en la otra acera de la calle más de 200 personas hacían cola para trasladarse hasta el 23 de Enero y La Guaira.

El Liceo Pedro Emilio Coll, el centro más grande de la parroquia Coche con 7.250 electores, registraba una participación de 1.020 ciudadanos a las 3:00 pm. A esa hora, miembros de mesa en la Escuela Municipal Juan Manuel Cajigal, en El Hatillo, estaban sorprendidos por la poca participación: la mesa con más votos llevaba 115.

Obligado

Un oficial de la Policía Nacional Bolivariana, de 20 años de edad, que presta servicio en La Vega, fue obligado a votar por el candidato de su preferencia, de lo contrario corría el riesgo de ser cambiado de estado.

Desde un centro de votación en la avenida Sucre, el funcionario aclaró que no lo amenazaron con retirarle el CLAP ni el seguro de sus padres. “Después de votar tengo que llamar a mi superior para que verifique que voté. Además, tengo que escanear el carnet”, agregó.

En el Registro Civil Parroquia Las Minas, una de las zonas populares del sureste de Caracas, simpatizantes del chavismo estaban fuera del centro electoral. Una de ellas, trabajadora social, ayudaba a las personas a ubicar el número de mesa que le tocaba. La trabajadora social de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana contó: “Mi jefa se cercioró de que yo fuera a votar”. Sacó su teléfono y mostró un mensaje que decía: “Buenos días, ¿ya ejerciste tu derecho al voto? Nos están exigiendo que sea antes del mediodía”.

Todavía no había escaneado su carnet de la patria en el punto rojo, colocado a 130 metros del centro electoral, a pesar de que la presidente del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, había dicho que debían estar al menos a 200 metros de distancia. “Ahí los escanean para llevar el registro de números de votantes”, dijo otra mujer.

Una de las irregularidades percibidas en el proceso fue la presencia de puntos rojos cercanos a los centros de votación y la anuencia del Plan República de permitir que militantes del PSUV y miembros de consejos comunales escanearan el carnet de la patria y tomaran nota de los ciudadanos que habían ejercido su derecho.

A la 1:00 pm, Fabio Zavarse, comandante del ZODI Capital, llegó al Liceo Fermín Toro y preguntó al comandante del Plan República dónde se encontraba el punto rojo “porque era importante que estuviese bien lejos”. Pese a que el toldo que instaló el partido de gobierno se encontraba a 200 metros, en los alrededores del  centro había simpatizantes de Maduro, que se camuflajeaban con los demás ciudadanos, haciendo un registro de los votantes.

“No estamos entregando CLAP como dicen los candidatos opositores. La gente está votando con conciencia y con entusiasmo”, señaló una militante del partido oficialista.

                                               

Retraso en mesas

Mientras en el municipio Libertador, las mesas se instalaron en promedio a las 6:30 am, en los centros del este y sureste de la Gran Caracas comenzaron la jornada entre las 8:00 am y 11:00 am.

En el Colegio San Agustín en El Marqués, el primer elector votó a las 9:00 am ante la falta de miembros. “Varios testigos no han aparecido”, afirmó Alberto Fonseca, testigo de Henri Falcón.

A las 11:30 am en el Colegio Santa Rosa de Lima se pretendía abrir la mesa 8 con el coordinador del centro, pero sin los miembros, relató un integrante de la reserva. “Vino la plana mayor del CNE, el coordinador del municipio y representantes de la sala situacional. Todos dieron la orden de que se tenía que abrir la mesa sin miembros. Eso es una irregularidad mayúscula”, aseguró.

Se trató de constituir la mesa con los testigos, pero ellos no quisieron asumir el cargo. “Lo que dice el manual es que tenemos que hacerlo con la gente de la cola y no hay cola. Los pocos que hay son personas mayores que no se pueden sentar como miembros de mesa”.

Varios centros permanecieron abiertos después de las 6:00 pm, hora en que el proceso oficialmente concluye. Miembros del Plan República que estaban en el Liceo Andrés Bello indicaron que no tenían órdenes oficiales para cerrarlos. 


Puntos rojos clandestinos

En el sureste de Caracas había que tener los ojos bien abiertos para ubicar los puntos rojos, en su mayoría  clandestinos. Eran personas sin ninguna alusión al chavismo que estaban a pocos metros de distancia del centro electoral. Con sus teléfonos escaneaban el carnet de la patria.

Justo al frente de la puerta de la U. E. Nuestra Señora del Rosario, en La Trinidad, estaba estacionado un taxi. “¿Dónde estará el punto rojo?”. Una mujer, dentro del carro, respondió: “¿Vas a escanearlo? Yo lo hago”. Después de preguntar por qué no colocó un toldo, expresó: “Prefiero hacerlo de manera clandestina para evitarme problemas. Yo pertenezco al PSUV y nosotros sabemos quiénes son los que votarán por Maduro”.

Fuera del centro de votación del CVA, una mujer, sin referencia al oficialismo, escaneaba el carnet.



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