Las críticas cifras en materia económica y social no podrán ser revertidas sin un cambio político que pase por una negociación con respaldo internacional, afirmaron expertos en el foro Perspectivas Políticas, Económicas y Sociales para 2019, realizado por el Centros de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello. 

«No hay resolución de los problemas políticos, económicos y sociales mientras Maduro y el actual régimen sigan al frente del goiberno, por el modelo económico inviable y la falta de credibilidad», dijo el director del CEPyG, Benigno Alarcón. 

Indicó que, de acuerdo con el último estudio realizado por la encuestadora Delphos luego del 30 de abril, «la mitad de la población cree en la posibilidad de un cambio político este año; 48,6% quiere un desenlace por elección, 21,4% por intervención militar y 15,2% por un acuerdo político».

El presidente interino de la República, Juan Guaidó, hizo que el porcentaje de ciudadanos que respalden el liderazgo opositor pasara de 8,3% en noviembre de 2018 a 28,3 en mayo de 2019, según este análisis. 
 
«54,7% de la población dice que el presidente de la Asamblea Nacional ganará la batalla, mientras 27,3% no lo cree posible y 18% dice que no lo sabe», señaló.

Félix Seijas, consultor político y director de Delphos, mencionó que en el mapa de votaciones en Venezuela la oposición tiene el potencial electoral de sacar 12,9 millones de votos, lo que representa 67% del total de los sufragios; y el chavismo 6,3 millones, equivalente a 33,3%.

«Es una paliza la que la oposición le daría al gobierno si hay elecciones libres y competitivas. Ellos saben estas cifras y por eso no está planteado en este momento un escenario electoral”, dijo.

A juicio de Seijas, el escenario electoral solo será posible si se persuade a la cúpula gobernante mediante la presión nacional e internacional, y la negociación. 

Una crisis con soluciones multidimensionales

Phil Gunson, analista del Internacional Crisis Grup, advirtió que la crisis venezolana se convirtió en una crisis regional en 2014, debido al éxodo masivo de ciudadanos que huyen de la crisis: «Si antes se dedicaban a disfrutar de las bondades del chavismo por la corrupción y el auge económico, hace algunos años se vio la consecuencia en una migración sin procedentes que desestabiliza la región». 

El experto en materia internacional consdieró que la crisis de refugiados venezolanos en Colombia –que a la fecha acoge a 1,4 millones de connacionales–, producirá al país cafetalero un «impacto político profundo e irreversible», por lo que necesita ayuda de la comunidad internacional para atender el flujo migratorio y los grupos guerrilleros presentes en territorio nacional. 

Además, en el ámbito internacional también se suman Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea, que hacen que las soluciones sean «multidimensionales, porque mucha gente se tiene que poner de acuerdo». 

Afirmó que el gobierno norteamericano se ha alejado de su percepción inicial, propuesta a principio de año de ejercer presión mediante la amenaza de hacer uso de la fuerza y las sanciones para producir el cambio de Ejecutivo y un gobierno de transición, debido a los hechos registrados el 23 de febrero y el 30 de abril. 

«Todos, menos los más optimistas, se han dado cuenta de que esa solución rápida no vino, no ha llegado y es muy poco probable que llegue a suceder», manifestó.

A su juicio, a 6 meses de que más de 50 países reconocieran a Guaidó como el liderazgo legítimo del país, la comunidad internacional converge alrededor de la idea de aplicar un plan de análisis de mediano plazo, que pase por negociaciones entre ambas partes del conflicto: «Casi todo el mundo opina que sin negociaciones no hay resultados».

El Grupo Internacional de Contacto –propuesto por la UE, Uruguay y México–, el Grupo de Lima –integrado por 14 naciones latinoamericanas y Canadá– y Noruega hacen avances para lograr un acercamiento fructífero entre el régimen del Maduro y el gobierno interino de Guaidó. 

Gunson afirmó que el proceso que se llevaba a cabo en Oslo se volvió vulnerable desde que se hizo pública la información, debido a los factores antidiálogo y a que los noruegos «no están contentos» con que la información se filtrara: «Ellos prefieren llevar todo en silencio hasta que se den resultados pero nunca sucederá en Venezuela, aquí no se guarda ningún secreto». 

No obstante, resaltó la importancia del encuentro que se celebrará en Lima, Perú, el 6 agosto para tratar el tema venezolano. Encuentro en el que participarán el Grupo de Lima, el GCI, Estados Unidos y Rusia: «Es casi imposible imaginarse una solución que no pase por las potencias». 

Una crisis que empeorará

Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, afirmó que el país padece una crisis estructural de servicios públicos, caída de consumo, desmantelamiento del gasto del Estado, desaparición del crédito y reacomodo de los ingresos en divisas del sector público.

«En los últimos años ha habido un desplome en el producto interno bruto. La economía pasó de 350 millardos de dólares a 85 milliardos. Y si el modelo se prolonga, tendremos una economía de 70 millardos de dólares», explicó.

Alertó de que el sector más afectado con la situación del país ha sido el privado, cuyo PIB disminuyó 45%, más del doble en comparación con el sector público, que descendió 22%, esto debido a que durante varios años recibió dólar preferencial. 

Vislumbró que la producción petrolera de este año cerrará en 500.000 barriles diarios, lo que, para él, se traduce «como un aporte despreciable de la economía global».

Indicó que mientras en otros países se dolariza la economía para disminuir la inflación, en Venezuela «hay una dolarización espontánea y caótica de la economía que seguirá profundizándose, generando un sistema de exclusión social sin los beneficios de una dolarización formal». 

Oliveros sentenció que las cifras económicas demuestran la urgencia de un cambio político, que cuente con el beneplácito de Estados Unidos para que sean reiteradas las sanciones: «La economía puede crecer sin divisas. De seguir las sanciones, Venezuela no tiene capacidad de volver a insertarse en el mercado internacional».  

La socióloga María Gabriela Ponce afirmó que, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, 51% de los hogares estaban en pobreza severa para 2018 y 89% no contaban con el ingreso suficiente para adquirir los alimentos de la canasta básica, lo que representa un aumento de 12% y 9% en comparación con 2015, respectivamente. 

Afirmó que en Caracas uno de cada tres hogares son pobres, mientras que en el ámbito rural la cifra aumenta a tres de cada cuatro: «La pobreza que tenemos y la forma de vivir la crisis tienen mucho que ver con dónde estamos». 

Ante esta realidad, consideró que se deben diseñar políticas públicas diferenciadas, más ajustadas a la diversidad existente en el territorio nacional. 

De acuerdo con el estudio de Encovi, 800.000 niños menores de 5 años estaban en 2018 en riesgo de desnutrición o desnutridos, y la mitad de esta cifra presentaba desnutrición crónica, por lo que «puede tener consecuencias irreversibles en el largo plazo». Además de que, dado el aumento en la mortalidad infantil, la población venezolana tiene 3,5 años perdidos de esperanzas de vida, situación que solo se presenta en países con conflictos bélicos. 

La matrícula estudiantil pasó de 48% en 2016 a 30% en 2018, de la cual solo la mitad asiste con regularidad a las aulas de clases debido a la falta de alimentos, agua, electricidad y transporte.  

«De permanecer el actual régimen, se mantendrá el continuado deterioro de la situación social y económica de los venezolanos. Las iniciativas del gobierno han demostrado su incapacidad para mejorar la situación, tal como muestran los resultados de Encovi», recalcó Ponce.


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