Leocenis García, coordinador nacional de Prociudadanos, consideró que una reunión entre el Departamento de Estado de Estados Unidos y el chavismo disidente sería una “estocada” para Nicolás Maduro.

Indicó que parece difícil que las autoridades estadounidenses sostengan una reunión por separado con personas que se oponen al poder de Maduro, pero que apoyaron al fallecido presidente Hugo Chávez.

“Estados Unidos debe darse cuenta de que el apoyo solamente a la vieja clase política venezolana no ha funcionado y que es hora de probar algo nuevo”, opinó.

Por otro lado, señaló que Estados Unidos podría demostrar que el contacto con el chavismo es más eficaz para promover la libertad en Venezuela que castigar a dicho grupo político.

A continuación el artículo de opinión completo:

El siguiente paso del Departamento de Estado 

Leocenis García 

Todavía es demasiado pronto para emitir un juicio sobre la decisión de Estados Unidos de abrir un puente con el chavismo disidente en la última reunión de Elliott Abrams, enviado especial para Venezuela. 

La sorpresiva declaración de Abrams, provocó que el propio Maduro reaccionara de manera iracunda, con un mensaje en el que intentaba reservarse como el guardián del legado de Chávez.

Aunque  Abrams no quiso defender a Chávez –eso solo se puede entender así sacando el discurso de contexto–,  solo dijo que miembros del chavismo que abandonen a Maduro deben estar en la transición.

Eso asustó a Maduro, que duerme con un ojo abierto  y otro cerrado. Nicolás Maduro sabe que Washington hizo una oferta atractiva al chavismo, y cuando el Departamento de Estado habla del chavismo, realmente sabe que el partido de gobierno es la FANB. 

Sin embargo, se puede decir lo siguiente: a menos que el Departamento de Estado lleve a cabo una reunión separada con opositores disidentes del chavismo y autoridades del Estado, su estrategia  no hará mucho más que legitimar la dictadura más larga de la historia reciente del continente. 

Quiero explicar por qué. 

Sería mucho más fácil para cualquier chavista militar tomar un teléfono y ponerse a las órdenes de la actual fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, que hacerlo con cualquier líder de la oposición tradicional.

También sería lo mismo con militares de alto rango, que están en el exilio.  O con la mujer a la que Chávez le entregó el Premio Nacional de Periodismo, Luzneira Parra; o Gastón Guisandes, el vicepresidente de la Cámara de Periodicos; o Maripili Hernández ex jefa de juventudes del PSUV; o Vanesa Davies. 

Y así un largo etcétera, que tiene un amor por el difunto Chávez, como Lutero lo tenía por Cristo. Sin embargo, los pecados de la Iglesia eran tantos que Lutero hizo la Reforma. 

Estados Unidos podría darnos una agradable sorpresa y demostrar que entiende el juego de legitimar no solo al presidente de la Asamblea Nacional -cuyo juego de ser presidente encargado está más enredado que caníbal cuidando carne de búfalo-  sino autoridades como la fiscal general, o disidentes vinculados al general Rodríguez Torres, por citar dos ejemplos.

Estados Unidos podría  demostrarle a los escépticos que el contacto directo con el chavismo  es más eficaz para promover la causa de las libertades universales en Venezuela que tratar de aislar y castigar a ese sector. Podría, a fin de cuentas, no repetir los errores que ya cometió en Cuba. 

Pero a juzgar por la manera tan forzada en la que se toca el tema, no parece fácil que Estados Unidos tenga una reunión por separado con líderes opositores a Maduro que pertenecen al chavismo. En su última visita a Colombia, el jefe del Departamento de Estado apareció únicamente con la oposición tradicional. 

Traducción: eso es una sala llena de gente, incluyendo muchos partidarios del presidente de la Asamblea Nacional y su partido, donde un puñado de disidentes del chavismo se perdería entre la multitud.

Una reunión entre el Departamento de Estado  y el “chavismo disidente” de Venezuela  sería una estocada a Maduro. Si el jefe de la dictadura venezolana ha sido tan colérico por un encuentro donde Abrams ha aparecido con un personaje sin mucha relevancia actual como Gabriela Ramírez, imagínense que aparezca con la actual fiscal general o Cliver Alcalá Cordones, por ejemplo.

Claro que el Departamento de Estado podría aprovechar la ocasión para tomar una foto de Estados Unidos con algunos disidentes en la sala, para consumo interno  pero sin apoyo real. Pero eso no sería ningún avance, sería más de lo mismo.

Mi opinión: Estados Unidos debe darse cuenta de que  el apoyo solamente a la vieja clase política venezolana no ha funcionado y que es hora de probar algo nuevo.

Funcionó en Chile. Funcionó en España. Funcionó en Suráfrica. Funcionó en Polonia. Y funcionará aquí, si  se hace bien.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!