La oposición venezolana reaccionó ayer con fuerza, decidida como nunca a mantener su duelo con el chavismo. Mientras sus líderes llamaban a sostener la rebelión en las calles y convocaban para hoy una megamarcha con destino final sorpresa, el Parlamento emitía una alerta internacional contra la convocatoria a una Constituyente «fraudulenta».

Sobre la Asamblea Nacional, elegida por voto universal hace 17 meses, pende la guillotina del proceso impuesto por Nicolás Maduro , «un traje a la medida» de un «tirano supremo consolidado» que pretende «perpetuarse en el poder», según la oposición. Los diputados, que lideraron las protestas callejeras de abril, solicitaron que el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU acuda a Venezuela de forma urgente.

«No nos vamos a reunir con el gobierno para avalar el golpe», aclaró por su parte el gobernador Henrique Capriles, tras conocer la hoja de ruta planteada por el ministro Elías Jaua, cabecilla de la comisión presidencial. «El gobierno cree que los venezolanos somos estúpidos, pero se van a seguir dando con una pared. La Constituyente Comunal es un fraude y llamo al pueblo a desobedecerla», clamó el líder opositor, inhabilitado por el gobierno el mes pasado. 

Los opositores contaron con el respaldo internacional de los mayores críticos del chavismo, como Luis Almagro, secretario general de la OEA, y el gobierno de Estados Unidos, que mostró su «profunda preocupación». La operación en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que Caracas buscó para compensar la presión en la OEA, también resultó un fracaso, lo que «confirma que vive su peor momento en el ámbito internacional, con su imagen seriamente cuestionada», precisó el internacionalista Mariano de Alba. 

El chavismo se defendió ayer al insistir en que su iniciativa constituyente cierra el paso a una guerra civil. «Agotadas las posibilidades de diálogo no quedaba otra opción que convocar al diálogo constituyente», se justificó Jaua, que lidera una comisión presidencial conformada por los colaboradores más estrechos del presidente, su núcleo duro, incluida su mujer, la «primera combatiente revolucionaria» Cilia Flores. Son los encargados de llevar adelante la iniciativa, a la medida de Maduro, que supone un bombazo político que radicaliza aún más la revolución y que amenaza con liquidar las estructuras del Estado previstas por el propio Hugo Chávez.

Julio Borges, presidente de la Asamblea, insistió en que las fuerzas armadas abandonen el silencio impuesto por la cúpula militar.

El primero en responderle fue el general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa y hombre clave para el chavismo. «Todo el apoyo a esta propuesta popular, no puede haber un llamado más democrático que éste, un diálogo obligado porque estamos hablando de la construcción del Estado», dijo el militar, que dirige las redes de abastecimiento de alimentos centralizadas por el Estado.

Pese a los 34 muertos y los cientos de heridos, la represión se redobló en las últimas horas. La batalla de anteayer en la autopista entre guardias y manifestantes parecía sacada del conflicto ucraniano. Un enjambre de jóvenes consiguió hacer retroceder a cuatro tanquetas a pedrada limpia.

Los disturbios continuaron ayer tras el gran «trancón» propuesto por la oposición. Radicales chavistas intervinieron en dos zonas de la ciudad, provocando varios heridos con sus balazos, pese a la «suspensión de porte de armas» decretada por el gobierno durante seis meses. Entre los heridos figuran tres agentes de seguridad, al menos dos de ellos alcanzados por los famosos colectivos revolucionarios.

La «cacería» de manifestantes se prolongó durante todo el día, pero en la Mesa de la Unidad Democrática también preocupan los enfrentamientos violentos protagonizados por jóvenes antigubernamentales. «La anarquía despojará de legitimidad las acciones de protesta y victimizará al represor», avisó el politólogo Félix Seijas.

El conflicto también permanece en otras zonas del país, como Valencia, la tercera ciudad entre las más importantes. Allí se mezclaron los disturbios con saqueos de tiendas. No hay que olvidar que en Venezuela persiste la escasez de productos básicos, combinada con una inflación galopante, la mayor del planeta. En su intervención de anteayer, el «hijo de Chávez» amagó con mandar al pueblo a las calles para que imponga el congelamiento de los precios.

No fueron sólo los opositores los que mostraron su rechazo, a la espera de que la rebelde fiscal general haga pública su posición. El diputado revolucionario Eustoquio Contreras dijo que a la Constitución de Chávez «no hay que cambiarla, lo que hay que hacer es cumplirla».

Una convocatoria de reforma poco clara 

Proceso

El ministro de Educación presidirá la comisión presidencial que organiza el proceso. El Consejo Nacional Electoral deberá fijar la fecha para la elección de los 500 delegados

Miembros

Los miembros de la Asamblea Constituyente no se elegirán de forma universal, directa y secreta, sino de manera indirecta y corporativa. Todavía no se sabe quién podrá presentarse como candidato a delegado

Rechazo de la oposición

La oposición rechazó la convocatoria y las líneas generales para la elección de los delegados, lo que en primera instancia indica que no participará. Sin embargo, tratándose de una materia constitucional, de no presentarse podría entregar todo el poder al gobierno


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