Aproximadamente a las 4:00 am del 15 de enero del año 2018, en el kilómetro 16 de El Junquito —al menos 500 integrantes de los cuerpos de seguridad nacional— militarizaron las adyacencias de una quinta de la urbanización El Araguaney. Rodearon la vivienda, lo que generó tensión entre los habitantes de la zona. Habían activado la Operación Gedeón que tenía como objetivo liquidar a un grupo, liderado por Óscar Pérez, calificado como terrorista por el gobierno.

Los minutos transcurrían durante el operativo en el que Pérez aseguró que estaba negociando con los funcionarios. Indicó que se entregaría a cambio del cese de las ráfagas de disparos, mientras informaba, con el rostro ensangrentado, a través de las redes sociales todo lo que estaba ocurriendo. Los venezolanos apoyaron minuto a minuto al ex inspector del Cicpc que se había convertido en una figura que adversaba al gobienro tras su primera aparición durante la protestas de 2017.

Durante el operativo, Pérez envió un mensaje a sus hijos. “Sebastián, Santiago, Dereck… saben que hemos hecho esto es por ustedes, por todos los niños de Venezuela. Espero verlos muy pronto, los amo hijos, los amo”, afirmó Pérez en un video que publicó en Instagram.

Las horas transcurrían y se intensificaba el sonido de los disparos. “Queremos entregarnos y no nos dejan. Tienen órdenes de matarnos”, dijo. En paralelo, los funcionarios con un lanzagranadas atacaron el lugar donde se encontraba el ex inspector del Cicpc Óscar Pérez, dejando en ruinas la vivienda.

20 horas después, cuando decretaron el cese del fuego, Néstor Reverol, ministro de Interior Justicia y Paz para el momento, reveló que Pérez y otros seis miembros de su movimiento fueron eliminados y otros ocho integrantes detenidos. También aseguró que dos policías murieron en el operativo, que duró 10 horas.

Entre las personas fallecidas en ese suceso estaban los aliados de Pérez: Daniel Enrique Soto Torres, Abraham Israel Agostini Agostini, José Alejandro Díaz Pimentel, Jairo Lugo Ramos, Abraham Lugo Ramos. También murieron dos efectivos de la Policía Nacional Bolivariana y el líder del “colectivo Tres Raíces”, Heiker Vásquez. Una mujer, posteriormente identificada como Lisbeth Ramírez Mantilla, también murió en este suceso.

Pero la entrega de sus cuerpos fue otra controversia, debido a que los familiares de Pérez no pudieron ver el cuerpo; solo lo hicieron cuando fue ingresado a la morgue de Bello Monte para su identificación. Los cuerpos fueron entregados al día siguiente de las muertes. Sin embargo, el procedimiento no fue el mismo para el ex inspector.

Algunas fuentes indicaron que las autoridades pretendían cremar su cuerpo sin consentimiento de sus familiares, incluso enterrarlo en el punto más alto del Cementerio del Este sin que sus allegados se enteraran, al igual que a Pimentel y a Agostini. No fue sino hasta el 21 de enero que Pérez fue sepultado, seis días después, en presencia de su tía y su prima.

Su primera aparición

El 27 de junio de 2017, Pérez sobrevoló el Tribunal Supremo de Justicia en un helicóptero del cuerpo de seguridad al que él pertenecía mientras sostenía un cartel con las palabras “Artículo 350. Libertad”, propinó varios disparos hacia la sede del Poder Judicial. Posteriormente, acechó el Palacio de Miraflores, lo que alertó a las autoridades.

Luego de esta aparición, Pérez formó un grupo rebelde que se acreditó el ejercicio de actividades “patrióticas, nacionalistas e institucionalistas”. A partir de este momento, hubo acusaciones continuos entre el gobierno y el conjunto de disidentes.

Esquivó a los cuerpos policiales e intervino en las protestas, hacía presentaciones públicas elocuentes y no fue capturado durante ninguna de estas. Incluso las autoridades hallaron el helicóptero que usó para su hazaña, pero Pérez permaneció en Caracas para impulsar las actividades de calle. Llevó a cabo lo que se conoció como “Operación Génesis”.

A lo largo de los siguientes meses, Pérez publicó sus acciones y daba mensajes de apoyo dirigidos a las personas que permanecían manifestando en las calles. Alegaba que Nicolás Maduro no debía permanecer más tiempo en su cargo.

“Maduro, tu poder se acabó. Ahora el poder es del pueblo”, “estaremos allí defendiendo a nuestro pueblo contra los esbirros”, “la tiranía se combate con fuego, estamos en guerra contra el ilegítimo gobierno del ex presidente Nicolás Maduro”, fueron algunas sus declaraciones.

Incluso aseguró estar vinculado con la incursión de un comando militar en el Fuerte Paramacay, ubicado en San Pedro de Los Altos del estado Miranda, robando las armas que se encontraban en este recinto. Grabó y divulgó en redes sociales este asalto, mientras hacía un llamado a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para rebelarse contra los mandatarios y cumplir con la Constitución, específicamente con el artículo 328.

El 12 de enero de 2018, Pérez ofreció una entrevista para el programa Conclusiones de CNN, en la que pretendía discernir sus intenciones. “Nosotros no queremos asesinar, no queremos ser como el régimen. Somos un grupo que buscar restituir el orden de la Constitución y la justicia en Venezuela”, dijo.

Reacciones de todo el mundo

Los dirigentes opositores se pronunciaron ante la masacre ocurrida en El Junquito, catalogándola como “ejecución extrajudicial”, a pesar de que las acciones de Pérez en junio de 2017 fueron catalogadas como un “show” por ellos. La Asamblea Nacional asumió los gastos funerarios y el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio se pronunció en rechazo de la medida ejecutada por el Estado.

De la misma manera, organizaciones internacionales denunciaron una violación a los derechos humanos de estos individuos. Además, la periodista Alba Cecilia Mujica fue despedida de Globovisión por pronunciarse sobre el operativo en el que ultimaron a Óscar Pérez.

Mientras tanto, integrantes del gabinete se felicitaban entre ellos por las acciones realizadas, debido a que fue “un proceso de depuración ante células terroristas dentro del país”, afirmó Reverol en sus declaraciones.

En la actualidad, son más las preguntas que respuestas que giran en torno a este caso. Existen muchas dudas sobre qué pasó en esa tarde, qué pasó en la morgue y qué intención hubo.

El proceso judicial de este caso está paralizado, denunció Walter Márquez, ex embajador de Venezuela en India. La última audiencia preliminar de los detenidos vinculados con Óscar Pérez se llevó a cabo en diciembre con la asistencia de Foro Penal, pero las investigaciones permanecen intactas, mientras que los dirigentes pretenden llevar este caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos. Hasta la fecha, solo Juan Carlos Urdaneta, presunto relacionado al grupo de Óscar Pérez, obtuvo su libertad


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