Henrique Capriles fue el último en llegar ayer a la rueda de prensa en la que la Mesa de la Unidad Democrática anunció que se mantendrá en las calles hasta que se logre el referendo revocatorio. Sus ojos aún lucían afectados por el gas pimienta que le rociaron funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana horas antes, durante la movilización de la oposición que intentó llegar al Consejo Nacional Electoral, pero se encontró muros de policías y militares en todos los accesos al municipio Libertador. Al gobernador de Miranda lo aplaudieron al llegar. Se sentó a una mesa en la que lo esperaban los principales dirigentes de la MUD, entre ellos el secretario ejecutivo de la alianza, Jesús Torrealba, Henry Ramos Allup, Julio Borges y Enrique Márquez. En todos era evidente lo difícil que fue la marcha, lucían agotados y sus ropas estaban sucias. Torrealba habló primero y anunció que el próximo sábado volverán a las calles, a las 10:00 am, para realizar una concentración al final de la avenida Casanova, en la que exigirán una vez más al Poder Electoral que respete las normas para la promoción y solicitud de referendos revocatorios, y la propia Constitución que en su artículo 72 señala que el único requisito para activar este tipo de consultas es la firma de no menos de 20% de los inscritos en el Registro Electoral. «¡El pueblo no abandonará la calle hasta que se logre el revocatorio!», exclamó. Celebró que, salvo en tres estados (Barinas, Aragua y Bolívar), las movilizaciones a las sedes del Poder Electoral se realizaron en paz. «El pueblo habló y quiere votar. Salimos en paz, pero con coraje. Se demostró que a este gobierno solo le queda la burocracia y la violencia. 85% del país quiere un cambio», expresó. El dirigente advirtió que ayer comenzó otra etapa de lucha por la democracia que será compleja y difícil, pero apostó por que 2016 terminará como 2015: con una victoria electoral. «Vamos a luchar por el revocatorio, a trabajar para ganarlo y este año vamos a terminar con un nuevo gobierno. ¡No tenemos miedo a perdigones ni a peinilla!», agregó. Torrealba reiteró que la oposición no aceptará un nuevo proceso de verificación de firmas que no aparece en el reglamento (lapso de reclamo que solicitó el PSUV). «No son más que triquiñuelas de un psiquiatra devenido en psicópata (Jorge Rodríguez)», afirmó. Imponer el cambio. Henrique Capriles no quería hablar porque recordó que el vocero sería Torrealba. Sin embargo, varios periodistas insistieron en que relatara cómo fue agredido. Con la venia de los presentes, habló y se tomó más tiempo que el propio Torrealba. «Luego de encontrarnos con todos los caminos bloqueados, vimos una trocha y nos metimos. Eso es problema de ellos que no la cerraron. En nuestro camino superamos dos cordones de la policía y en los dos nos rociaron gas pimienta. Pero en el tercero lo volvieron a hacer y me lo echaron directamente a los ojos. Soy humano, la tercera vez ya no pude seguir. Si le hacen eso a Maduro, dice que fue un magnicidio», bromeó. El gobernador de Miranda coincidió con Torrealba en que las agresiones no sacarán a la oposición de las calles hasta que se active el revocatorio y al «discípulo de Chirinos» (Jorge Rodríguez) le aclaró que, aunque les negó el permiso para entrar a Libertador, lo hicieron y lo volverán a hacer. «Fuimos a exigir que se cumplan los lapsos. No vengan con cuentos de firmas chimbas; con la validación van a tener que dejarse de eso: ponemos nuestra huella y ya. Rodríguez no decide quién entra o no a Libertador. Hoy entramos y vamos a ir las veces que queramos, y cuando queramos ir a Miraflores, iremos», aseveró. El dirigente afirmó que el revocatorio tiene más apoyo que el que logró la oposición en las parlamentarias y sería insensato detenerlo: «No queremos un estallido social ni un golpe, por eso pedimos revocatorio. Esto no aguanta más. El sábado anunciaremos las siguientes acciones. ¡Hoy se inició una nueva etapa y vamos a llegar al CNE! ¡Vamos a imponer democráticamente el cambio en el país!». A la comadre mayor. Henry Ramos Allup calificó de paradójico que el gobierno ordene reprimir a un pueblo que salió a las calles a exigir que se respete la Constitución. Sin embargo, advirtió al Ejecutivo que ni la policía ni la Fuerza Armada quieren asumir el costo de la represión, pues todo el mundo sabe, afirmó, que a Nicolás Maduro no lo salva ni un milagro. «Que no espere un milagro; ni con el petróleo a 120 dólares sale del atolladero. ¡Nadie nos va a disuadir ni evitar que hagamos presión para que el revocatorio se haga este año!», aseveró. El presidente de la Asamblea advirtió a la presidente del CNE, Tibisay Lucena, que no podrán evitar la consulta: «La comadre mayor tiene un hiperglandulismo terminal que la tiene asustada porque uno le lleve un documento. No siga protegiendo a ese gallina (Maduro) porque va a salir a punta de votos».


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