Las posibilidades para una mesa de diálogo en Venezuela son pocas, debido a que la mayoría de las fuerzas de oposición se niegan a participar una vez más en un proceso de negociación como el que proponen Nicolás Maduro y el ex presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero.

“Somos absolutamente opuestos a cualquier mesa de diálogo que establezca Maduro a través de Rodríguez Zapatero, porque se trata sencillamente de la revisión de las fallidas experiencias anteriores y que, al igual que diálogos pasados, busca darle legitimidad y tiempo a Nicolás Maduro”, expresó el dirigente de la Causa R, Andrés Velásquez.

Agregó que la única condición que podría llevarlos a negociar con el Ejecutivo es que en la reunión “se plantee con punto de agenda acordado previamente y que esté relacionado con el establecimiento de un gobierno de transición y la salida de Maduro”.

Nícmer Evans, representante del Movimiento por la Democracia y la Inclusión, coincidió con Velásquez en que el diálogo propuesto por el jefe del Estado y Rodríguez Zapatero debe tener como objetivo negociar un cambio del modelo político. “Si eso no es así, es evidente que no estamos haciendo absolutamente nada, sino hacerle la comparsa al gobierno en un reintento que busca reoxigenarlo como ha sucedido en ocasiones anteriores”, señaló.

Evans aseguró que no existe interés de establecer acuerdos. “No hay voluntad expresa por parte de sectores de oposición, organizados y articulados, de que haya búsqueda de cohabitación con el gobierno, como parece aspirar a un proceso de negociación producido por Rodríguez Zapatero y Maduro”.

El politólogo Fernando Spiritto, director de posgrado de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, aclaró que un diálogo debe contar con dos partes y señaló que en Venezuela la contraparte del gobierno es una oposición destruida. “Una verdadera oposición representativa, como era la MUD, está desintegrada. Para que una negociación tenga efecto debe contar con una representación opositora que cuente con el apoyo del pueblo”.

Spiritto dijo que quieren crear una especie de escenario de diálogo con una oposición controlada, en el que participe una a la medida del régimen, como es el caso de algunos partidos nuevos que quieren tomar parte en el encuentro.

Agregó que le sorprende la presencia de Rodríguez Zapatero en el país y que se intente otra vez su mediación, porque “es un individuo con cero credibilidades por parte de la oposición venezolana”.

El politólogo aseguró que el gobierno cuenta con el apoyo de pocos sectores o personajes del ámbito internacional. “Echan mano a cualquier medio que tengan a disposición para entrar en el ambiente internacional.

Afirmó que el ex presidente español “es un lobbista del gobierno” y todos sus puntos de vista están a favor del Ejecutivo.

El dirigente del partido Un Nuevo Tiempo, Manuel Rosales, concordó con Spiritto en que “la oposición venezolana tiene que reinventarse para poder encontrar la salida de la crisis”. Añadió que considera que la solución debe darse en un marco constitucional.

En una entrevista en Venevisión, Rosales expresó: “La MUD ya no existe, está desaparecida y clausurada”. Añadió que el venezolano ya no quiere más diálogos sordos, sino una solución a este drama. “No soporta ya más mentiras, no soporta anuncios del gobierno que no llegan a nada. El problema no es solo de los políticos sino de todos los sectores”.

Sostuvo que la oposición tiene que reinventarse: “Todos tenemos que entender lo bueno y lo malo, y corregir; la política es dinámica de los sectores, los liderazgos no se decretan”.


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