Clausura de hoteles donde se hospeda, arresto de colaboradores, confiscación de equipos de sonido para sus actos: el oficialismo no cesa de poner palos en la rueda de Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela. De pomposos escenarios que ocupaban avenidas principales pasó a dar discursos subido en techos de pequeños camiones.

«Se acabaron las tarimas y los grandes despliegues», dijo un colaborador de Guaidó. 

A Juan Guaidó se le ha complicado la logística de sus apariciones públicas, en paralelo a medidas como la inhabilitación a ejercer cargos públicos y el allanamiento de su inmunidad parlamentaria. El episodio más reciente fue en el lanzamiento de la Operación Libertad, con la que pretende lograr el cese de la usurpación. 

«Nos secuestraron el sonido pensando que nos iban a intimidar; hicieron circular por ahí guardias, motos, creyendo que nos iban a meter miedo. ¡Eso se acabó!», dijo ante sus simpatizantes. Al día siguiente el Foro Penal Venezolano confirmó la detención del conductor de un camión y tres técnicos, que fueron liberados poco después con medidas cautelares, acusados de obstrucción de vías públicas, alteración del orden público y asociación para delinquir.

«Eso ha causado miedo y hemos tenido problemas para conseguir proveedores. Guaidó trata de evitar que se ponga en riesgo la seguridad de sus proveedores», remarcó la fuente bajo anonimato. Otros hechos similares han obligado a su equipo a cambiar planes sobre la marcha e improvisar soluciones. Ahora es habitual, por ejemplo, verlo dar sus discursos con megáfono. En ocasiones han sido partidarios chavistas quienes le han impedido con abucheos o cortándole el paso su presencia en barriadas populares como Petare y El Valle, en Caracas.

¿Cuentas claras o asedio?

El Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria clausuró un conocido hotel de Caracas, en el que el presidente encargado se alojaba desde el jueves 7 de marzo, cuando un apagón masivo paralizó al país. En el lugar realizaba reuniones y organizaba su agenda. Los huéspedes del hotel fueron desalojados a causa de la sanción, que obligó a su cierre durante 27 días. «El ambiente estaba turbio, tuvimos la intuición de que había que moverse. A las dos o tres horas de que nos fuimos nos informaron que había ido la gente del Sebin», relató un miembro de su equipo, pero Diosdado Cabello desmintió que la medida tuviera que ver con la presencia de Juan Guaidó.

«Lo cerraron porque allí no tenían libros (de contabilidad), ni RIF (registro fiscal), ni nada parecido, y el Seniat llegó como entra en cualquier hotel. El cierre es porque no tienen documentación de ninguna naturaleza», dijo Cabello. La misma suerte corrió días más tarde un hotel en el estado Anzoátegui. 


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