El gobierno de Nicolás Maduro se ha caracterizado por utilizar las instituciones del Estado, los  medios de comunicación públicos y las redes sociales para hacer campaña y realzar su gestión. En días de campaña presidencial no ha habido excepciones.

Además de promover su reelección, el mandatario fomenta una campaña sucia en contra de sus adversarios políticos, que aturde y confunde al elector que no puede convencer, afirmó Bernardino Herrera, miembro del Instituto de Investigaciones de la Comunicación.

Aseguró que aunque el CNE dispuso de muy poco tiempo para la campaña, este proceso es muy similar al de 2013, cuando Maduro se midió por primera vez, dado al uso excesivo de los recursos del Estado.

Sin embargo, hay elemento nuevo en esta oportunidad: el lobby publicitario fuera del país, con el cual el gobierno busca atrapar a los que se informan a través de medios internacionales, que es la mayoría de la población. Solo 15% de los venezolanos ve los canales del Estado, de acuerdo con las investigaciones del Ininco.

“Están dedicados exclusivamente a la campaña sucia y a la noticia falsa, y eso se publica en redes sociales y páginas web para captar la atención de los detractores. Pero implican un costo económico muy alto para el Estado porque hay que investigar, sobornar y tergiversar hechos. Un ejemplo muy claro fue el de Banesco”, detalló.

Carlos Berrizbeitia, diputado a la Asamblea Nacional, que ha hecho seguimiento a todas las campañas del gobierno desde Hugo Chávez, aseveró que al permitir la utilización de vehículos oficiales, materiales de oficina, instituciones y recursos financieros con fines electorales, Maduro comete el delito de peculado de uso “excesivo y abusivo”.

Agregó que hay un tercer elemento: la compra de votos, que abiertamente ha promocionado el jefe del Estado con la complicidad del Poder Electoral, para obligar a un determinado grupo de ciudadanos a votar a su favor. A través del carnet de la patria, el gobierno regalará una cantidad de dinero a quien participe en los comicios. “Son recursos que no están calculados para ser utilizado el día de la elección”, advirtió.

¿Cuánto se gasta? Por la negativa del Ejecutivo de presentar el presupuesto de la nación y créditos adicionales ante la Asamblea Nacional, el monto que se destina a campañas electorales se desconoce.

Tradicionalmente se utilizan afiches, vallas, gigantografías y propagandas a través de radio, prensa y televisión. Solo un afiche tiene un costo de 5 millones de bolívares, una valla sobrepasa los 500 millones de bolívares y un anuncio “full página” en The New York Times cuesta 500.000 dólares. Mientras que por hacer publicidad en Facebook se puede pagar diariamente hasta 100 dólares.

A eso debe sumársele la invasión del gobierno en redes sociales y páginas web dentro y fuera del país.

El investigador explicó que Google reserva un porcentaje del espacio publicitario de los sites, el cual fue aprovechado por Maduro en cualquier página web que perteneciera al principal servidor de Internet del mundo para promocionar mensajes como “Juntos es posible” y “Vota Maduro”.

En el presupuesto de campaña también debe incluirse cuánto se gastó por los CLAP, el monto de los electrodomésticos que han regalado y la cantidad de bonos que se han depositado desde marzo.


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