El Grupo de Amigos de la Carta Democrática Interamericana (CDI) expresó su preocupación por la ruptura del orden constitucional en Venezuela y advirtió que las “elecciones” del pasado 20 de mayo no podían calificarse de ese modo, puesto que no fueron “ni libres ni justas”.
La organización declaró, en una misiva dirigida al Estado venezolano, que “las elecciones no pueden reconocerse como una expresión legítima de la soberanía del pueblo venezolano”.
Exigieron el cese inmediato de funciones de la asamblea nacional constituyente (ANC), por estar convocada y electa al margen de la Constitución de 1999, y solicitaron respeto a las facultades legislativas de la Asamblea Nacional electa en 2015.
El grupo señaló que es necesaria la apertura de manera transparente de un canal humanitario para la población, el cual debería apoyarse en «organizaciones de la Iglesia y la sociedad civil».
Finalmente, exhortaron a los Estados Miembros de la OEA a adoptar las medidas apropiadas, conforme a la Carta de la OEA y el derecho internacional, para normalizar «la institucionalidad democrática en Venezuela a la mayor brevedad posible».
Entre los firmantes del documento se encuentran Jennie K. Lincoln, secretaria ejecutiva del Centro Carter, entre otros ex presidentes y promotores de la defensa internacional de los derechos humanos.
El Centro Carter es una organización no gubernamental de monitoreo de elecciones fundada por el ex presidente norteamericano Jimmy Carter.
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