“Hay revolución para rato”, afirmó Nicolás Maduro en la celebración del triunfo en Miraflores. Sus partidarios se acercaron a escucharlo, luego de ganar con la menor cantidad de votos de un candidato chavista en unas elecciones presidenciales. Nunca antes habían sacado menos de seis millones de votos.

“Rindo homenaje a los puntos rojos”, dijo en referencia a los controvertidos métodos para presionar a sus seguidores a votar por él, lo que fue cuestionado por los aspirantes Henri Falcón y Javier Bertucci.

Convocó a una jornada de diálogo nacional y de encuentro y reconciliación, e invitó a los candidatos de la contienda a reunirse y hablar sobre el país, pasada la diatriba política. “Yo aspiro a que más allá de la confusión y al ver la contundencia de los resultados salgan a reconocer la victoria”, expresó.

Añadió que se comprometía a reactivar la economía. “Necesitamos un nuevo modelo económico. Mi llamado es amplio y tengo plena conciencia de los retos”. Señaló que era un presidente experimentado que respondería a la confianza que le dio el pueblo. Y afirmó que se había completado el ciclo constitucional de renovación de poderes.

Le indicó al gobierno de Estados Unidos que Venezuela era garantía de estabilidad en la región: “Si el gobierno estadounidense decide que algún día quiere, yo quiero”.

Al grito de “Vamos Nico” sus seguidores celebraron en Miraflores. “Cilia me dice Niquito”, afirmó el mandatario.

Remate. Maduro llamó a las 3:00 pm a sus partidarios a participar en las elecciones y pidió –como no lo había hecho antes– garantizarles el traslado a los centros de votación a quienes estuvieran dispuestos a hacerlo en lo que denominó “operación remate”.
“Vamos a votar masivamente. Todo el mundo a los centros electorales, ahí esperan a nuestro pueblo para cerrar con un remate que verdaderamente selle un día de historia de manera feliz”.
Instó a los chavistas a hacerse acompañar por alguien que no hubiera votado: “Que los estimulen y vayan a los centros”.
El discurso fue desde Miraflores. Estuvo acompañado por el vicepresidente Tareck el Aissami; la presidente de la asamblea constituyente, Delcy Rodríguez; Jorge Rodríguez, jefe del comando de campaña Simón Bolívar, y de su esposa, Cilia Flores. 
Más temprano ejerció su derecho en la Unidad Educativa Miguel Antonio Caro, en la parroquia Sucre. Allí aseguró que si ganaba cambiaría la economía, como hizo en la recta final de la campaña, y haría más inclusivo su gobierno.
El mandatario solo respondió dos preguntas de periodistas ligados a medios de comunicación oficialistas.
Al dar respuesta a los cuestionamientos desestimó las denuncias de Falcón y Bertucci, sobre todo las referentes a los puntos rojos y a la utilización del carnet de la patria como forma de presionar a los ciudadanos.

Rechazó las declaraciones de Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, quien dijo que las fraudulentas elecciones no cambian nada: “Venezuela no es un país intervenido. Se rige por una Constitución y unas leyes y unas instituciones sólidas como el CNE”, concluyó Maduro.


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