La Iglesia rechazó las amenazas del presidente Nicolás Maduro contra los monseñores Antonio López Castillo y Víctor Hugo Basabe, arzobispo de Barquisimeto y obispo de San Felipe, respectivamente. El mandatario ordenó investigar si cayeron en delitos establecidos en la Ley contra el odio en sus homilías durante la celebración de la Divina Pastora. 

“Ratifico lo dicho y me da mucha tristeza que el presidente mienta tan olímpicamente delante de todo un pueblo y diga cosas que no dijimos. En mi homilía no hubo incitación al odio ni a la confrontación, ni a una guerra civil. El gobierno reacciona porque hemos tocado conciencias; los obispos estamos llamados a hacer forjadores de paz y generar esperanza lo cual implica denunciar la injusticia, y no nos dejamos ganar por el miedo ni tapamos la mentira. Llamamos al pueblo y pedimos a la Divina Pastora ayudarnos a combatir la peste de la indiferencia. Estamos tranquilos: la verdad es de los valientes y el culillo es gratis”, aseveró monseñor Basabe.

El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor José Luis Azuaje, afirmó que las homilías que causaron escozor en el gobierno están apegadas a la doctrina teológica y se amoldan a la pastoral social de la Iglesia.

“El problema es que el gobierno, a través de la ANC, no acepta las críticas y reflexiones que pueda hacer el pueblo a las cosas que no funcionan. La Ley contra el  odio es para los ciudadanos que no están de acuerdo con lo que sucede en el país, es violatoria de los derechos humanos. En un país donde casi nada funciona ¿por qué tenemos que callarnos? Hay que hablar en función de las correcciones y de rectificar las políticas erradas derivadas del modelo económico y político”, argumentó el prelado.

El primer vicepresidente de la CEV, monseñor Mario Moronta, consideró que las amenazas de Maduro son una afrenta contra todo el Episcopado y la Iglesia. Dijo que las homilías fueron del conocimiento público y, por tanto, no hay nada que investigar.

“No van a encontrar en ningún momento ningún llamamiento al odio, ninguna invitación a la violencia, como en efecto sí lo podemos ver en muchas de las expresiones que incluso ayer se dijeron”, expresó.

Los obispos afirmaron que el pueblo rechaza los hechos en los que murieron el comisario Oscar Pérez y otros críticos del gobierno. El presidente de la CEV dijo que recaban información de las organizaciones de derechos humanos: “Hay mucho dolor y familias involucradas”.

Monseñor Basabe señaló que aunque nunca apoyaron las vías asumidas por Pérez, repudió lo que considera una masacre que busca amedrentar a quienes disienten del gobierno. Rechazó las aseveraciones de altos funcionarios del Ejecutivo. “En ese caso fue evidente que el gobierno está dispuesto a dialogar, pero no a cumplir lo acordado”, dijo.

Mensaje tergiversado. En un comunicado emitido ayer en la tarde por la Presidencia de la CEV, la Iglesia rechazó las amenazas contra los obispos López Castillo y Basabe.

Denunciaron que Maduro tergiversó el mensaje de monseñor Basabe “con el objetivo de hacer ver que los obispos incurren en delitos. La verdad de lo que sucede en el país ha quedado evidenciado en las homilías pronunciadas ese día. El aval de esto lo han confirmado los miles de feligreses presentes en la misa en la avenida Venezuela que, con sus gestos, certificaban lo que escuchaban”.

Señaló la CEV que el fin de la Ley contra el odio es criminalizar las manifestaciones adversas al gobierno y propiciar la difusión “de toda clase de rumores y especulaciones, cuyo efecto es consolidar un control absoluto de actividades y provocar el miedo y la autocensura”.

El clero indicó que los obispos señalados por Maduro cuentan con el respaldo de toda la Iglesia que peregrina en Venezuela “ante cualquier acción que ponga en peligro su integridad de vida y su libertad de pensamiento y de acción”.

“La peste de la indiferencia”

El obispo de San Felipe, monseñor Víctor Hugo Basabe, en su homilía pidió a La Divina Pastora librar al pueblo “de la peste de la indiferencia que no nos permite entender que hay gente que necesita urgentemente de nuestro auxilio. De la peste de la indiferencia que no nos permite entender que el futuro de Venezuela no lo construyen unos pocos, sino que será el fruto del esfuerzo de todos. De la peste de tanta corrupción política que ha conducido a Venezuela a la ruina moral, económica y social, y que es causa de tanta muerte y destrucción en medio de nosotros”.

Indicó que el domingo se refirió a los jóvenes que se van del país por celebrarse la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado: “No son ustedes, muchachos, los que tienen que irse. Si alguien tiene que irse de Venezuela es quien es responsable de este desastre al que nos han conducido”.


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