Los cuerpos policiales y militares tenían dos órdenes: impedir las concentraciones de 15 ó 20 personas en los 21 puntos convocados por la oposición y evitar que los manifestantes tomaran la avenida Francisco Fajardo, a la altura de Altamira, porque los trabajadores públicos, traídos del interior del país al acto del gobierno, no podrían salir de Caracas.

A las 6:00 am la GNB colocó tanquetas en zonas populares y urbanizaciones del Oeste de la capital para intimidar. A las 9:00 am reprimieron cualquier aglomeración en El Paraíso, La avenida Presidente Medina y Los Cedros, porque allí se apostaron los trabajadores que tenían como meta llegar al CNE, a la Fiscalía y al TSJ y protestar contra la ruptura del orden constitucional.

A las 10:40 am, al diputado de PJ, Jorge Millán, la GNB le lanzó una bomba, que lo asfixió, en la avenida Páez, El Paraíso. En Montalbán, ancianos fueron afectados por gases. Durante una hora, lacrimógenas iban y venían y con aquellas cientos de personas que no se asustaban ante la represión. “El régimen prohíbe el derecho a la manifestación. Ven que se reúnen 100 personas y lanzan lacrimógenas”, denunció el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara.

Plantón. Por séptima vez, los ciudadanos no pudieron entrar al centro de Caracas. “¡Váyanse porque si veo 15 personas los corro!”, amenazó López, el jefe de la PNB que le correspondió reprimir, de manera feroz, sin importarle la presencia de mujeres, religiosos, jóvenes y hasta niños en la avenida Victoria. Saldo: un herido, 10 asfixiados en la calle y edificios.

La amenaza se cumplió y por más de dos horas tiraron bombas. Sin embargo, permitieron el paso, sin limitación alguna, de motorizados que cargaban una bandera del PSUV. “¿Por qué ellos sí pueden transitar y nosotros no?”, le preguntó Carmen Peña al PBN No.09460, que fue inquirido también por madres y diputados, como Rafael Guzmán (PJ) e Ismael León (VP).

El fin era evitar que pasaran hacia la avenida Fuerza Armadas, en vista de que por allí caminaban los chavistas que fueron a la avenida Bolívar. Para ello, colocaron dos cordones, uno de la PNB y otro de la GNB, con tanquetas y murallas. “Permanezcamos aquí, en rebeldía, en resistencia porque protestamos en paz. No queremos muertos. El gobierno le tiene miedo a la gente y prohibió concentrar a la gente. No están suspendidas las garantías”, afirmó León.

Los vecinos celebraron que aquellos que venían de El Valle, Coche y Santa Mónica burlaron los cercos policiales y entraron a la avenida Victoria. Se sentaron en el piso. Querían seguir al centro de Caracas y enfrentar a los cuerpos represivos. El miedo desapareció. “No protestamos por partidos, sino porque nos morimos de hambre. No disparen”, clamó una mujer de 53 años de edad.

El párroco de El Cementerio, Wilfredo Cornier, afirmó: “Yo vengo a protestar, no a que me maten”. Él, al igual que monjas, está en las calles desde el 1 de abril mientras El Vaticano pide diálogo con el gobierno.

Plan B, Cota Mil. A las 12:00 m partió la marcha desde El Marqués con rumbo a Altamira. A la altura del elevado que conecta con el Parque del Este, desde el camión, se dio una instrucción. “En la plaza Francia hay una tarima. Nos dirán qué hacer. Hemos activado el plan B”.

Antes de llegar al destino, muchos ya sabían cuál era plan. Un cambio de ruta: llegar al TSJ desde la Cota Mil. En la principal de La Castellana los manifestantes comenzaron a subir, entonaban el himno nacional y una y otra vez exigían la salida de Maduro.

A las 1:58 pm entre la multitud se abrió paso una moto que trasladó a joven herido en la pierna. Dos señoras se miraron y una le dijo a la otra: “Allá arriba se están dando duro” y señaló hacia la Cota Mil, que ya estaba cubierta con una espesa nube blanca. Eran lacrimógenas que lanzaba la PNB.

Diez minutos antes, a las 1:48 pm, había comenzado la represión. La gente ni siquiera llegó a esa arteria vial, sino que fueron repelidos metros antes de la salida. La violencia policial no debilitó la protesta. Manifestantes se plantaron y comenzaron a aplaudir. “Libertad, libertad”, gritaban.

El gobernador Henrique Capriles y manifestantes en La Castellana mostraron metras y aseguraron que las autoridades las disparan: “Hoy se repite la salvaje represión. El gobierno se deslegitima cada día más, ya tocó fondo. Despertaron el mayor rechazo de la historia. Seguiremos en las calles hasta que respeten la Constitución”.

A las 2:07 pm se observó otro herido a quien le daban primeros auxilios. 2:34 pm sacaron a un tercer herido de La Castellana. Hasler Iglesias pidió que avanzaran por el Country Club y Chapellín y no por la Cota Mil. En Chapellín la GNB disparó de manera horizontal sus armas. A las 3:20 pm, Salud Chacao informó en Twitter que habían ingresado 14 personas heridas: 11 por traumatismos, 2 por hipotensión y 1 por perdigones.

La GNB colocó unos camiones murallas, en la autopista, cerca de Plaza Venezuela, y reprimió a los manifestantes que estaba en la avenida Francisco Miranda y trataron de ir a la Fajardo. “Las Águilas Negras” de la GNB emboscaron a quienes osaban tomar el Distribuidor Altamira. Era el fin de otro día de represión.


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