—¿En qué termina un país que inspira ser abandonado por sus ciudadanos?

—En un país, empobrecido, devastado, atrasado y triste.  Condenado a sufrir la suerte de quienes inescrupulosamente lo controlan y destruyen. Corre la suerte que tiene Cuba por sesenta años.

—En un país de desobedientes, ¿por qué no prospera el recurso de la desobediencia civil?

—Porque somos desobedientes de las leyes y normas, pero no para hacer valer nuestros derechos. Esto requiere testículos y ovarios bien puestos.

—¿Espera el país todavía un mesías?

—Es nuestra desgracia y la de gran parte de Latinoamérica, es la eterna búsqueda de un padre, pues nuestras sociedades son un matriarcado por falta de figura paterna.

—¿La patología del diálogo?

—No se puede insistir en lo que hemos visto que ha fracasado en tres oportunidades. El diálogo debe ser entre partes honestas, confiables, tener pautas claras a seguir, límites y fines concretos. No se dialoga con quien te asalta y amenaza con un arma.

—¿La cara oculta de algunos dirigentes de la MUD?

—Narcisismo, personalismo, egoísmo, ambición desmedida.

—¿La cara oculta del régimen?

—Mentira, engaño, corrupción, falta de escrúpulos, violencia.

—Del 1 al 10, ¿el grado de frustración del connacional?

—En todos los niveles, en todas las clases sociales, hasta en el gobierno 9,9.

—¿De qué carece el soberano, que rechaza en más de 80% al régimen?

—De conducción, dirección, orientación, información

—¿Y los que todavía apoyan al gobierno?

—De educación, información, sensibilidad, de verdades.

—¿Terminará en paroxismo la cultura del saqueo?

—Es una manera de escupir al cielo. Es la acción estimulada, que impunemente se utiliza para distraer y calmar al pueblo hambriento e ignorante; un poco de pan y mucho de circo.

—¿Hay guerra económica o psicológica?

—Ni la una ni la otra, esta es la estrategia para justificar y ocultar la mediocridad y el fracaso.

—En fin, ¿está Venezuela de psiquiatra?

—Unos cuantos locos han cometido tantas locuras que están enloqueciendo a todo un país incluso a los más cuerdos. Por ello Venezuela y los psiquiatras estamos de psiquiatra.

—¿Un diagnóstico nacional?

—Un país enfermo emocional y físicamente, hambriento, lleno de miedo, angustia, tristeza, impotencia y desesperanza. Requerimos ayuda humanitaria.

—¿Un síntoma?

—Desorientación en todos los planos, en persona, lugar y tiempo, despersonalización; es decir, una sensación de irrealidad con respecto a sí mismo, y desrealización; o sea, el ambiente se vuelve desconocido y ocasiona irritabilidad, apatía, tristeza.

—Pese a la Ley contra el odio, ¿gobierna en Venezuela un odio histórico?

—Gobierna un resentimiento, un odio histórico con el que se ha querido propiciar el racismo, la discriminación social, la xenofobia, la intolerancia política y religiosa, odios que solo han estado presentes en nuestro país de manera puntual.

 —¿La psicosis del gobierno?

—La conducta sociopática, o psicopática, en la que afirman que somos el país más feliz del mundo, más sano, más rico, donde todo lo malo que nos ocurre es exageración y culpa del imperio y los lacayos apátridas que vivimos acá.

—¿De la MUD?

—Trastorno narcisista de personalidad que los llevó a perder el apoyo y respeto del pueblo, debido al personalismo, la ambición, las pugnas internas y la pésima comunicación.

—¿De la población?

—La dependencia, la ignorancia, el conformismo y la creencia de que la viveza y lo recibido como dádiva o limosna los enriquece espiritual y materialmente. El que trabaja es un tonto.

—¿Una locura epidémica en el venezolano?

—Se ha extendido en todo el país y a todo nivel impunemente. El bachaqueo: compro, acaparo y vendo al precio que me da la gana. ¡Negocio redondo! Y sin esfuerzo.

—¿Tiene crisis de identidad la FANB?

—Hoy día perdieron el respeto y aprecio que el pueblo les brindaba.

—¿Imagina al ciudadano con un año más de este proceso?

—Un ser castrado, humillado, sometido.

—¿Un lado alentador en su diagnóstico?

—80% de la población rechaza la condición de vida que en este momento sufre. Sabe claramente qué y quiénes la causaron; espera ansiosa que una dirigencia, sana, honesta, responsable tome las riendas para poder recuperar y perfeccionar las condiciones que conoció y disfrutó.

—¿A quién acostaría en el diván?

—Al pueblo, que es la víctima y está sufriendo mucho.

—¿Un sector cuerdo?

—La representación de la Iglesia Católica y los grupos religiosos que se pronuncian valientemente.

—¿Qué pasaría en Venezuela si la mayoría que adversa al régimen no encontrase un rumbo o una buena dirigencia?

—Deberá recurrir a la sociedad civil para solicitar a los más aptos que señalen y dirijan las acciones que orienten y faciliten la recuperación del país, así como el retorno a la democracia y el progreso.


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