La ola represiva del día 59 de protestas antigubernamentales se extendió al centro de Caracas. En el este la violencia pasó de la autopista Francisco Fajardo a Las Mercedes y en el oeste barrieron a los manifestantes en la avenida Páez de El Paraíso.

A la 1:00 pm se inició la marcha que tenía como destino la Defensoría del Pueblo. “¡Grito alto al fuego, basta de violencia porque así perdemos todos!”, coreaban los manifestantes que estaban ubicados en Parque Cristal.  El grupo fue creciendo a medida que avanzaban. En Altamira se unió un considerable número de manifestantes. En ese lugar entonaron las notas del Himno Nacional  y siguieron a la avenida Sur Quince. Un minuto más tarde la marcha se encontró con quienes venían desde Santa Fe en la autopista Francisco Fajardo.

 “Seguimos en la calle y no tenemos miedo”, le dijo una señora de la tercera edad a su nieto cuando tomaban la autopista, en víspera de la represión que como el resto de los días no los ha dejado acudir a las instituciones públicas en el municipio Libertador.

Cuando la movilización llegó a El Rosal, quienes la encabezaban se mostraron extrañados por la ausencia de los cuerpos de seguridad. Bastaron 10 minutos para que entraran en acción las ballenas y tanquetas, seguidas por un contingente de la GNB que iba caminando y en motos. A las 2:00 pm detonaron las primeras lacrimógenas. Al disparo le acompañaron chorros de agua y perdigones contra los manifestantes.

Al acatar la orden de “desalojar la autopista”, un grupo de fotógrafos y periodistas que se encontraban cubriendo la manifestación, entre ellos de El Nacional, fueron agredidos con perdigones y agua de la ballena que disparó la GNB en el elevado de la Fajardo.  

Varios dirigentes opositores intentaron mediar, pero el esfuerzo fue infructuoso. A las 3:00 pm la movilización fue dispersada hacia las calles laterales de Chacao, Chacaíto y Las Mercedes. Un grupo se mantuvo hasta finales de la tarde a lo largo de la Fajardo.

Salud Baruta reportó 147 heridos: 46 por traumatismo por bombas, 10 con dislocación del hombro, 63 heridos de perdigón, metras, esferas, cabillas, y 25 asfixiados.

Entre los lesionados se encuentra el diputado Carlos Paparoni, quien fue recluido en la Policlínica Las Mercedes luego de recibir un impacto de bomba lacrimógena en la cabeza.

Henrique Capriles, gobernador de Miranda, también fue agredido al final de la marcha: “Fuimos emboscados en Las Mercedes, cuando nos retirábamos, por  funcionarios de la GNB, robados, golpeados, todo mi equipo está herido”.

Toma del centro. Aunque el paso a la Defensoría del  Pueblo estaba militarizado, personas provenientes de San Bernardino, Candelaria, San José y Altagracia se concentraron a la 1:00 pm en la esquina de Candilito bajo el puente Fuerzas Armadas para rechazar el bloqueo de las vías y protestar por la inacción del defensor del Pueblo.

A los pocos minutos los colectivos armados comenzaron a disparar al aire y amenazar a las personas en el lugar. La GNB no movió un solo dedo para proteger a los manifestantes; por el contrario, accionaron algunas lacrimógenas.

Los presentes huyeron y fueron perseguidos por los colectivos, que luego atacaron a los transeúntes.

Liceístas ahogados. Del centro comercial La Villa (Montalbán), en el oeste de Caracas, partió otro grupo de opositores que estuvo liderado por el diputado Richard Blanco. Los manifestantes tomaron vías alternas para evitar coincidir con el cerco militar que fue instalado en El Paraíso, pero no lo lograron.

Sin más opciones, tomaron la avenida Páez, allí los esperaron los funcionarios de la GNB que se organizaron en tres líneas: en la primera estaban los funcionarios a pie con escudos, y en las otras dos, el grupo motorizado, que disparó sin contemplación a pesar de que en la zona había seis  colegios.

Los GNB avanzaron a paso rápido replegando a los manifestantes que se encontraban en la carretera. La represión coincidió con la hora de salida de los estudiantes del turno de la mañana, quienes se unieron a la movilización. En la primera línea de batalla se destacaban las camisas celestes  y beiges. Estos jóvenes fueron los primeros afectados por los gases.

A los liceístas del turno vespertino que iban a clases los tomó por sorpresa la actuación violenta de la GNB. “Yo no sabía nada de la marcha. Iba camino a clases cuando quedé en medio de las lacrimógenas”, dijo un estudiante de quinto año del liceo Nueva Caracas, mientras calmaba a una compañera que tenía una crisis de nervios.

Una docente que acompañaba a un grupo de estudiantes del colegio Pablo VI rechazó que en medio de la violencia el gobierno insista en mantener las aulas abiertas. “Lo que está buscando el Ministerio de Educación es que los muchachos, por andar en la calle, se unan a las protestas y terminen matándolos”.


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