El martes 9 de octubre alrededor de las 3:00 pm se reunieron en la Parroquia de la Universidad Central de Venezuela (UCV) un grupo de dirigentes políticos del partido Primero Justicia (PJ), el mismo partido que representaba Fernando Albán, concejal del municipio Libertador, antes de su misteriosa muerte.

Los invitados a la ceremonia realizada en honor a Albán dieron vueltas en el lugar y se acercaron para dar apoyo a los familiares. En el ambiente reinó un profundo sentimiento de tristeza y de impotencia pero también la incertidumbre fue el punto en común de todos los presentes. Todos se hacían la misma pregunta: «¿Qué pasó realmente con Fernando Albán?».

El concejal fue detenido el 5 de octubre de 2018 en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, ubicado en Maiquetía, estado Vargas, por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) por estar presuntamente involucrado en el “atentado” en contra del presidente Nicolás Maduro.

Luego de pasar dos días incomunicado en la sede del Sebin de Plaza Venezuela surgieron unos angustiantes rumores sobre el hallazgo de un cuerpo sin vida en los alrededores del edificio.

Las autoridades cerraron el paso hacia el lugar para evitar que las miradas curiosas se adelantaran a las declaraciones del gobierno. Sin embargo, una foto publicada en Twitter confirmó que una persona había fallecido, aunque no podía identificarse quien era.

Minutos después Tarek William Saab, fiscal general designado por la asamblea nacional constituyente, y Néstor Reverol, ministro de Justicia y Paz, confirmaron el fallecimiento de Fernando Albán.

Ambas historias, aunque discrepan en detalles, apuntaron a que el concejal provocó su propia muerte al lanzarse de la ventana de un piso 10 en las instalaciones del Sebin. Inmediatamente los allegados de Albán rechazaron estas declaraciones, quienes recordaron que a los privados de libertad no se les permite merodear por el edificio sin estar custodiados.

Aquellos que eran aún más cercanos aseguraron que provocarse la muerte no era una opción viable para Albán en vista de su profunda devoción católica.

Hay teorías que explican que en medio de las sistemáticas torturas que sufren los presos políticos, el concejal murió y luego los funcionarios lo arrojaron al vacío para fingir una muerte provocada, no obstante, nadie tiene certeza sobre lo que realmente pasó.

Las banderas que representó el concejal cubrieron su urna en el velorio | Foto: Cortesía

Durante el velorio la urna se mantuvo cerrada para esconder los destrozos de un gobierno malévolo que no negocia con aquellos que se oponen. Las dos banderas que por años defendió Albán, la de Venezuela y la de Primero Justicia, cubrieron sus restos mientras sus familiares rezaban por su descanso eterno.

Todos los invitados a la eucaristía entendieron que Fernando Albán es el ejemplo claro de lo que le pasa a las personas por alzar la voz y denunciar las injusticias de un régimen sin límites.

¿Cómo juzga la iglesia a un creyente que atenta contra su propia vida?

La Iglesia Católica rechazó las teorías del gobierno sobre la muerte del concejal. Sin embargo, ante estas acusaciones es pertinente entender que significaría para un creyente quitarse la vida.

Es común la creencia de que atentar contra la vida propia es uno de los más graves pecados en el catolicismo, no obstante, Javier Fuenmayor, párroco de la UCV, explicó otro punto de vista.

En el contexto de la fe católica, Fuenmayor dijo en exclusiva a El Nacional Web que realmente la Iglesia, más allá de juzgar a quien se quita la vida, tiene el deseo de colocar a esa persona en los brazos de Dios.

“Nadie sabe que hay en el fondo de la conciencia del ser humano. No sabemos que impulsa a un creyente a quitarse la vida”, indicó.

Javier Fuenmayor (Foto referencial)

El párroco aseguró que en la actualidad la Iglesia pretende entender las condiciones en las cuales se desarrollan estos hechos. Se debe tomar en cuenta el contexto personal, psicológico y afectivo de la persona. En el caso de Albán, se tendrían que tomar en cuenta las condiciones en las cuales vivió durante los dos días de aislamiento.

“En ese caso debemos más bien apartarnos de cualquier tipo de juicio y abrirnos en oración y confianza para poner a nuestro hermano ante la misericordia de Dios”, concluyó Fuenmayor.

Ante la desinformación del hecho, la oposición venezolana, la comunidad internacional y la Iglesia Católica exigen que se realicen las investigaciones pertinentes para revelar cómo murió realmente Albán.

El velorio que se llevó a cabo este martes sirvió a muchos como el momento para despedir a un compañero, para dar el último adiós y sobretodo para considerar los riesgos de ir en contra del gobierno de Maduro.

Al asimilar la situación, los presentes en la parroquia repitieron con particular ahínco un sermón frente a la urna de Albán: “Por su dolorosa pasión, Señor ten piedad de nosotros y del mundo entero”.


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