La confusa y breve detención que sufrió este domingo el jefe de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, enrareció aún más el clima político en Venezuela cuyos poderes Legislativo y Ejecutivo se desconocen mutuamente.

Guaidó, del partido Voluntad Popular (VP), del líder encarcelado Leopoldo López, fue interceptado por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en la autopista que conecta Caracas con el costero estado de Vargas, adonde se dirigía para liderar un cabildo abierto, y retenido por espacio de media hora.

De su detención se conoció a través de las redes sociales, cuando se divulgó un video en el que se aprecia a varios agentes tomar el control del vehículo que lo trasladaba.

De su libertad se supo cuando el propio Guaidó envió un mensaje telefónico a sus colaboradores y compañeros de partido, que de igual forma fue replicado en las redes sociales.

«Están desesperados en Miraflores (sede del Ejecutivo), no saben quién da la orden», dijo el diputado ante cientos de personas al presentarse con unas dos horas de retraso en el cabildo abierto y mostrando las marcas que les dejaron en las manos las esposas.

Indicó que a los funcionarios que lo detuvieron les habló de «reconciliación» y «amnistía», en referencia a una ley que debatirá el Parlamento para perdonar los delitos de altos dirigentes del chavismo, que gobierna Venezuela desde 1999.

«Ustedes funcionarios saben que Maduro no protege a nadie, lo que si protege es el Decreto de Ley de Amnistía de la Asamblea Nacional, lo que si protege es el estado de derecho», dijo.

Tras su discurso, que apenas superó los 10 minutos, Guaidó dijo a periodistas que los propios agentes le dijeron que estaban cumpliendo una «orden», pero que «no sabían que estaban haciendo».

«Me secuestraron, estuvimos en un carro (…), me pude zafar del secuestro porque hay gente que cree en Venezuela», relató emocionado por el clima de la concentración, en la que estuvo acompañado por otros diputados opositores, su esposa y su madre.

Pero Maduro, que confirmó el papel del Sebin en la detención de Guaidó, calificó el hecho como un «falso positivo», al tiempo que abrió una investigación y destituyó a los agentes implicados.

En una declaración al canal estatal VTV, Jorge Rodríguez, aseguró que la detención del diputado fue un acto «unilateral» perpetrado por un grupo de funcionarios que fueron «destituidos y sometidos a los procedimientos disciplinarios más estrictos».

Según Rodríguez, los agentes implicados en el operativo «se prestaron para que se instalara este show», al tiempo que adelantó que las autoridades van a «averiguar y establecer» responsabilidades al respecto.

Más tarde, en un comunicado trascendió que se  investiga la participación del comisario del Ildemaro José Mucura en el suceso, a quien además se acusa por «nexos conspirativos con la extrema derecha» y por haber actuado «al margen de la Constitución y de la ley».

Rodríguez también se refirió a la breve detención de las corresponsales de las cadenas CNN Caracol en Venezuela, Osmary Salinas y Beatriz Adrián, que se habían acercado hasta la sede del Sebin para tratar de tener información en medio de la confusión.

Según el ministro, las periodistas estaban «buscando alguna foto para continuar con su show mediático».

Sin embargo, Guaidó dijo que la versión oficial demuestra que Maduro «ya no controla las Fuerzas Armadas» lo que revela, agregó, el «grave problema» que vive la institución castrense.

Maduro juró el jueves su segundo mandato de seis años luego de haber obtenido la reelección en mayo pasado, en unos comicios señalados de fraudulentos y en los que no participó el grueso de la oposición.

Guaidó denunció que tras su detención hubo «un claro golpe de Estado» al legitimo presidente de la Asamblea Nacional «y de toda Venezuela», si bien nunca dijo de forma específica que asumía las competencias del Ejecutivo, una petición en la que insisten los simpatizantes de la oposición.


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