Yenni Ortiz es una de madre venezolana de palabras firmes, carácter apaciguado y una mirada determinante; sin embargo, sus días se llenaron de incertidumbre cuando el miércoles 23 de mayo su hijo desapareció mientras se dirigía a una protesta en la plaza Alfredo Sadel, ubicada en Las Mercedes, la cual rechazaba las «elecciones presidenciales» celebradas el domingo.

Han pasado más de 48 horas luego de que Jorman Ortiz, miembro de la resistencia, partió a la concentración sin dejar rastro de su paradero. Cómo, dónde y quién se llevó al joven son interrogantes a las que familiares y amigos aún no encuentran respuesta.

Lo único que sabe Yenni Ortiz es que antes de desaparecer, su hijo se había comunicado con Zugeimar Armas, madre de Neomar Lander, quien falleció durante las protestas de 2017, para decirle que se dirigía junto a Hebert Ramírez, quien también desapareció, hacia aquel lugar al que no saben si lograron llegar.

“Cuando Zugeimar llega al sitio se da cuenta de que no hay nadie”, explica Ortiz, quien no sabe si referirse a su hijo en pasado o presente ante la duda de si permanece con vida.

“Él lo único que quería era la libertad de Venezuela, reclamaba el mal procedimiento de este gobierno. No era ningún delincuente, simplemente es un estudiante de comunicación social. Es, porque tengo esperanzas de que esté vivo”, afirma.

A pesar de las denuncias que ha hecho en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB), las respuestas que ha obtenido no han sido positivas.

“Hemos ido al Sebin, al Dgcim, a la PNB y ninguno nos da una respuesta”, lamenta.

La madre del comunicador social de 23 años cuenta que siempre ha apoyado a Jorman en lo que se propone, pero el temor de perder a su hijo siempre permaneció latente. “Por un lado sí lo apoyo porque pienso que puede llegar muy lejos, pero como madre tengo temor de perderlo porque con este gobierno no sabemos qué esperar”, señala.

Ortiz no descarta que la desaparición de los jóvenes oculte un motivo político de fondo. “Te doy la certeza de que la desaparición de mi hijo y la de Hebert Ramírez tiene mucho que ver con la parte política”, asegura.

Trata de mantener fortaleza ante el caso de Jorman, pero la desesperación de lo que pudo pasar con su hijo salta a la vista. Sus palabras comienzan a entrecortarse, de sus ojos comienzan a brotar lágrimas y un rubor comienza a apoderarse de su rostro. “Lo único que deseo es verlo con vida. Siento miedo de no verlo más”, expresó.


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