El Instituto Casla denunció nuevamente ante la Corte Penal Internacional la represión sistemática en Venezuela. Tamara Suju, directora ejecutiva de la ONG, señaló que existen casos de crímenes de lesa humanidad, tortura y desaparición forzada de personas, en los que han participado cubanos, conocidos como “los isleños”, dentro de la Dirección General de Contrainteligencia Militar.

Suju envió a la CPI cuatro testimonios de torturas del gobierno correspondientes a 2018 y uno a 2017. Indicó que los ciudadanos fueron sometidos por la dirección de contrainteligencia con la colaboración, en algunos casos, de la Fuerza de Acciones Especiales, la Policía Nacional, el Sebin, milicianos, colectivos e “isleños”, que actúan en el “primer anillo” de la nueva estructura de represión, que es cuando persiguen, aprehenden y golpean a su víctima.

“Hoy cualquiera puede ser un torturador porque se aparecen encapuchados, vestidos de negro. No sabes quién te golpea, quién revisa tus cosas. Además, se las roban porque agarran todo lo que tenga valor”.

Explicó que en el “segundo anillo” torturan al detenido, en la sede del cuerpo de seguridad, mediante asfixia, colgamientos y electricidad, para obligarlo a declararse culpable o firmar documentos de montaje en el que inculpa a gente inocente. “Es un sistema de terror para mantener al gobierno”, agregó.

En el “tercer anillo” lo llevan a “centros de torturas clandestinos” para que otras personas lo castiguen. Algunos de estos sitios funcionan en San Bernardino, Los Naranjos, y en las afueras de Caracas, cerca de sedes militares. “Hay casas, apartamentos. No solamente son usados para torturar a perseguidos, sino para secuestrar y extorsionar con el fin de obtener dinero”, advirtió.

La defensora de derechos humanos también consignó una nueva cadena de mando que incluye a 33 personas–, encabezada por el jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Remigio Ceballos, y el fiscal designado por la asamblea constituyente, Tarek William Saab. “Saben de la injerencia del régimen cubano y de las torturas en la dirección de inteligencia militar”.

Informó que trabaja en una futura acusación contra médicos forenses que manipulan los informes para tratar de ocultar las torturas e, incluso, “reaniman a personas que desfallecen para que las sigan torturando”. Pidió a víctimas de la represión desde 2014 que envíen sus denuncias “sin miedo para que no queden impunes”.


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