La magnitud de la crisis humanitaria hace que al menos 5.000 personas abandonen diariamente el país, con lo cual se calcula que los migrantes pueden superar los 7,5 millones de personas el año próximo, según un informe presentado este viernes por la Organización de Estados Americanos en su 49.ª Asamblea General.

«Estamos hablando de 5.000 personas que salen diariamente, 150.000 al mes, pues, aproximadamente estaríamos hablando de 5,5 millones para finales de este año», afirmó el coordinador del grupo de trabajo de la Secretaría General de la OEA sobre la migración de Venezuela, David Smolansky.

De continuar la crisis migratoria, sin precedentes en América Latina y nunca vista en un país que no está en guerra ni ha sufrido una catástrofe natural, la cifra de personas que huyen de Venezuela «pudiese llegar a ocho millones», agregó Smolansky.

El informe que presentó Smolansky señala que los determinantes de la migración son el colapso económico, la violación sistemática y generalizada de los derechos humanos, la crisis humanitaria, las reiteradas fallas en el suministro de los servicios básicos y la violencia generalizada. 

«En Venezuela, ni la violencia ni el uso abusivo de la fuerza ha sido algo que (Nicolás) Maduro haya podido resolver. Año tras año las cifras de homicidios aumentan y no hay una actuación rápida que brinde justicia a las víctimas», destacó el informe. 

El estudio también señaló que más de la mitad de la población «perdió 11 kilos» como consecuencia del «deterioro de la alimentación».

Por otra parte, el documento, que cita datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, señaló que al menos cuatro millones de personas han huido hasta ahora de Venezuela e indicó que una gran parte se han refugiado en Colombia, seguido por Perú y en tercer lugar, Chile. 

«Colombia ha realizado grandes esfuerzos financieros y logísticos para acoger con solidaridad y fraternidad a los migrantes venezolanos que escapan del régimen de Maduro», manifestó el canciller Carlos Holmes Trujillo durante la presentación del informe.

Agregó que su país mantendrá ese esfuerzo para atender la crisis, pero instó a la comunidad internacional a no ser indiferente ante la situación, por lo cual espera seguir contando con «su cooperación creciente y oportuna ante necesidades cada vez mayores y acuciantes».

Por eso, el grupo de trabajo sobre migrantes venezolanos de la OEA pidió a los países de la región que les otorgue a esos ciudadanos el estatus de «refugiados» y solicitó la creación de una «tarjeta de identidad regional» que les permita movilizarse por el continente sin dificultades.

«Definir a los venezolanos que huyen de su país como refugiados les garantizará protección permanente con derecho a la identidad, acceso a servicios como la salud y educación, así como la oportunidad de insertarse en los mercados laborales», subraya el estudio.

La «tarjeta de identidad regional», explicó Smolansky, busca facilitar «el desplazamiento de los migrantes y refugiados venezolanos por América Latina y el Caribe».

«También en nuestras recomendaciones hacemos un llamado a los miembros permanentes y también observadores a no hacer una ninguna deportación de venezolanos que lleguen en condiciones vulnerables, sin antecedentes penales ni haber cometido delitos en los países receptores», manifestó el coordinador del grupo de trabajo.


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