El domingo en la noche, los habitantes de El Paraíso decidieron bloquear el paso con barricadas en diferentes puntos para expresar su rechazo al gobierno de Nicolás Maduro. Ayer en la mañana, los manifestantes fueron atacados por la GNB con lacrimógenas. La avenida Washington (9 de Diciembre) fue una de las zonas más agredidas por los funcionarios.

Un grupo de liceístas de la U. E. Pablo Sexto miraba con miedo lo que ocurría en el lugar: “¿Por dónde salimos?”, se preguntaban unos a otros. Esa institución fue afectada por los gases cuando los jóvenes se encontraban en la hora del receso.

Al mediodía un componente motorizado de la GNB atacó por segunda vez con gases aunque en la calle solo había algunos manifestantes y se mantenían las barricadas. Una señora, que casi queda atrapada en la cortina de gas, hizo una pausa para cubrir los rostros de sus dos niños: “¡Pasamos a tiempo!”, expresó. “¿Ahora cómo llego a mi casa si mi edificio lo están atacando?”, se preguntó.

Poco después, de manera intempestiva, los funcionarios se retiraron. La gente que se encontraba en la zona temía una emboscada. En efecto, a las 2:00 de la tarde, los guardias regresaron y profundizaron el ataque. Luego, fueron reforzados por los colectivos armados.

Escuelas afectadas

Cuatro colegios en distintas partes de El Paraíso fueron alcanzados por los gases tóxicos. Los padres hicieron grandes esfuerzos para buscar a sus hijos, pero igual fueron víctimas de la ola represiva.

En la U. E. Pedagógico La Paz, los docentes vivieron momentos de pánico cuando las lacrimógenas impregnaron las aulas de clase, hecho que los llevó a activar un plan de contingencia. “Para nosotros es una situación difícil porque estamos tratando con niños especiales, pero igual los llevamos al patio trasero y allí los pusimos a salvo”, contó una maestra del plantel.

“¡Por favor, déjeme pasar, vengo con mi hija del colegio El Ávila. La traigo asfixiada y necesito sacarla de este caos!”, imploraba un motorizado a un funcionario policial apostado en uno de los accesos del distribuidor Baralt Sur. Recibió como respuesta que el lugar por donde intentaba pasar no era seguro y fue orientado para que su pequeña fuera socorrida.

Al final de la tarde, la arremetida alcanzó el sector La Quebradita, donde la GNB disparó bombas lacrimógenas.

Yutong en la Páez

El conjunto residencial Victoria vivió otra jornada de violencia. Los manifestantes fueron dispersados con agua y gases por un equipo antimotín de la GNB. Vecinos denunciaron que hubo detonaciones de armas de fuego. De pronto, un Yutong que cubría la ruta Valle-Coche se atravesó en la avenida Páez, lo que creó zozobra entre los residentes.

“Nos preocupó que si la GNB lo incendiaba, nos podían responsabilizar y ahí sí que iban a tener excusas para allanarnos”, observó Beatriz Rachadel, vicepresidente de las Áreas Comunes de las cinco torres. Al rato, el autobús fue retirado, y la GNB continuó lanzando gases. Un funcionario resultó herido tras ser impactado por un artefacto de fabricación artesanal. Se desconoce su estado de salud.

La situación fue la respuesta vecinal a lo ocurrido el 21 de mayo, cuando a las 4:00 am alrededor de 6 jeeps, probablemente de la PNB o de la GNB, llegaron a la torre 3, arrancaron el portón del estacionamiento y se lo llevaron arrastrado. “No fueron colectivos paramilitares. Por los vehículos que tenían la coctelera en el techo y las chaquetas de los funcionarios, lamentablemente, sabemos que se trató de grupos policiales”, refirió Rachadel.

En medio de las escaramuzas para la sustracción del portón, se produjeron unos disparos, lo cual fue confirmado por una comisión del Cicpc. Rachadel reveló que el domingo un vecino siguió el rastro que fue dejando el portón en el suelo y constató que este terminaba en la comandancia Villa Zoila de la GNB. Así que ella, antes de hacer la denuncia en el Cicpc, se detuvo en Villa Zoila donde los funcionarios dijeron que observaron el jeep, pero “no intervinieron porque estaban resguardados” y asentaron la novedad.


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