El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis  Almagro , pidió que las nuevas leyes que impulsen en Venezuela el Gobierno y la oposición, tras las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, no alteren el funcionamiento democrático. «Vamos a necesitar un tiempo de reflexión sobre esto, pero es muy importante que el efecto político de esas normas no altere el funcionamiento de la democracia; que no afecte a la transparencia y legitimidad del sistema político y de los representantes del pueblo», afirmó . El titular de la OEA se pronunció en este sentido después de que el presidente de la Asamblea Nacional,  Diosdado Cabello, instalara ayer un «Parlamento Comunal Nacional», después de que la oposición se hiciera con una mayoría calificada de dos tercios en la AN en los comicios de hace dos semanas. «Si cada uno empieza a tironear de sus facultades constitucionales para estirarlas a ver hasta dónde llegan, con un ánimo de confrontación, entonces lamentablemente las soluciones que Venezuela necesita en lo social y económico van a quedar muy supeditadas a estos forcejeos políticos, no es eso lo que recomendamos, no es lo mejor para Venezuela», indicó  Almagro . El titular de la OEA efectuó estas consideraciones generales para llamar a un absoluto «apego constitucional» y al diálogo en Venezuela, pero abogó también por esperar a ver qué ocurre a partir de que se constituya la nueva Asamblea Nacional en Venezuela el próximo 5 de enero. «Las nuevas leyes en Venezuela van a ser algo que vamos a tener que estudiar en un conjunto más amplio del funcionamiento del sistema político, de la aplicabilidad de esas leyes y cómo las mismas son consistentes con futuras leyes que va a sacar la nueva Asamblea General», apuntó. «Hoy debemos esperar un turno, porque tenemos que ver cómo estructura su trabajo la oposición en la Asamblea y cuáles van a ser las medidas del Ejecutivo. Tenemos que aguantar un turno y ver cómo baja la polvareda, porque hoy hay mucha polvareda en el sistema político venezolano», añadió. Almagro , un político de izquierda que llegó en mayo a la OEA avalado por el ex presidente uruguayo José Mujica, rompió este otoño el largo silencio de la organización sobre Venezuela para denunciar la «inhabilitación» de miembros de la oposición y «dificultades» que, a su juicio, impedían su participación en condiciones de igualdad en las elecciones parlamentarias. «Nunca lo tomé como un enfrentamiento, nuestra lógica de trabajo es marcar el deber ser y señalar los problemas, no esconderlos debajo de una alfombra», dijo hoy Almagro , preguntado por su choque con el Gobierno de Venezuela por esas críticas. «Para nosotros nunca hubo una lógica de confrontación, se pueden haber dicho cosas muy feas, cosas extraordinariamente buenas. Ni una cosa me lleva para un lado, ni otra para el otro. Nuestros planteamientos los hacemos de manera profesional, seria y buscando soluciones. Eso es lo que hemos hecho», concluyó


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