Rafael Ramírez, ex presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), negó toda responsabilidad en el descalabro de la principal empresa del país al asegurar que esta situación se produjo al ser separado de las instituciones petroleras por el gobierno de Nicolás Maduro, al que acusa de hacer una campaña en su contra.

En una entrevista telefónica con la agencia de noticias Efe que ofreció desde un lugar del mundo que no quiso revelar por ser un «perseguido político», el señalado por el Poder Judicial venezolano aseguró que el descalabro de Pdvsa «sucedió de un año para otro».

«Yo te lo puedo demostrar», aseguró, aunque se dispensó de dar esa explicación en la conversación que sostuvo este lunes con Efe.

«Tengo suficientes pruebas que demuestran cómo una empresa petrolera como Pdvsa la destruyeron en un solo año, si en un año Pdvsa no hace las inversiones de producción, nuestra producción declina a 700.000 barriles», agregó el ex ministro del presidente fallecido presidente Hugo Chávez.

Argumentó que el gobierno de Maduro «tiene cuatro años jugando con la principal empresa del país, no solo han destrozado Pdvsa, han destrozado todo, lo que pasa es que Pdvsa es 90 % de las divisas, pero han destrozado todo».

En la actualidad, Pdvsa produce poco más de un millón de barriles de petróleo, aunque este declive tiene ya más de cinco años.

El 5 de diciembre de 2017, Ramírez dejó de ser funcionario del gobierno de Venezuela cuando renunció al cargo de representante de Venezuela en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cumpliendo con la instrucción de Maduro, dijo para ese entonces.

El ex ministro llegó a ese cargo después de haber sido presidente de Pdvsa por más de 10 años, ministro de Energía y Petróleo, vicepresidente para el área económica y canciller.

Sobre la decaída actual de Pdvsa, aseguró: «Tengo todos los argumentos para hablar de eso, lo he advertido, lo advertí desde 2014, lo que estaban haciendo con la industria petrolera, y por eso me sacaron de la petrolera y de la cartera de Energía».

A la pregunta sobre por qué continuó siendo funcionario del gobierno de Maduro pese a que ya sabía que las cosas iban por mal camino, respondió: «Porque siempre estaba intentando que las cosas se arreglaran, insistiendo, después cuando fui canciller, insistía desde la Cancillería hasta que me sacaron completamente del país».

Entonces se convirtió en representante del gobierno de Maduro ante la ONU.

«Cuando yo terminé mi lapso en el Consejo de Seguridad de la ONU le dije a Nicolás que quería volver a Venezuela y como me dijo que no podía entonces yo comencé a escribir mis opiniones», comentó y aseguró que por estos escritos sobre el mal manejo de la industria petrolera en el país se ha emprendido esta «campaña para causarle un daño moral».

«Yo se que el gobierno venezolano no hubiesen podido hacer lo que han hecho en Pdvsa conmigo ahí, de hecho ellos sabían que yo era un obstáculo, yo tuve esta empresa durante 12 años y la tuve operando perfectamente, producíamos tres millones de barriles», señaló.

Puntualizó que Maduro y sus funcionarios querían «tomar el control de la estatal desde el mismo momento en que murió Chávez» y así se lo hicieron saber, aseguró.

«Solo que yo me negué porque eso es una irresponsabilidad, nosotros nunca afectamos el funcionamiento de la empresa porque sabemos la afectación que tiene en el país, y mira lo que ha pasado», apuntó.

Indicó que estaría en Venezuela «si no estuviera perseguido. Me ha dicho Nicolás que tan pronto ponga un pie en el país me meten preso».

Ramírez aseveró que no tiene que demostrar que es inocente y que «no existe ni una prueba» en su contra, «ni una orden de nada» pues se trata de «una revancha».

«Mientras tanto guardan silencio frente a todos los actos de corrupción que han cometido, frente a todas las fechorías que están haciendo, no solamente con Pdvsa», criticó.

Sentenció que cuando se dio cuenta de que Maduro no iba a seguir las políticas de Chávez luego de hacerse con la Presidencia en 2013, sacó respaldo electrónico de todos sus documentos porque ya presentía posibles choques.

«Yo dejé la vida en ese puesto, pero no era para esto, esto es un desastre indignante», agregó.

En diciembre de 2017, la Fiscalía venezolana instó a Ramírez a regresar a Venezuela y «dar la cara» ante la Justicia por una trama de la que lo acusa de ser autor intelectual y que habría causado un perjuicio al Estado de 4.800 millones de dólares.


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