Por JOSÉ ANTONIO PARRA

La fotografía erótica del siglo XX tuvo varias líneas estilísticas predominantes. Estas tendencias en algunos casos asumieron una estética depurada cuyo encuadre era esencialmente elegante, tal como ocurrió con el paradigmático Helmut Newton (1920-2004). En otros casos, la mirada apuntaba más a un canon derivado del pin up y de las revistas para adultos, como fue la experiencia de Elmer Batters (1919-1997) y su fetichismo con los pies. Adicionalmente, estuvo el caso de Jan Saudek (1935), cuyo énfasis estuvo en lo grotesco.

También hubo planteamientos que aparte de su potencia y atemporalidad –pienso en Robert Mapplethorpe (1946-1989)– combinaron en ellos cierto tono explícito con mucha depuración formal y una aproximación al canon neoclásico. Por último, estuvo la propuesta de David Hamilton (1933-2016), que estuvo inscrita en la larguísima tradición parnasiana y simbolista.

La trasgresión es un elemento que estuvo muy presente en casi todos los planteamientos eróticos relevantes de ese período. Dicho carácter transgresor asumió estéticas distintas según cada artista. Por ejemplo, en Newton el uso de sillas de montar Hermes, así como elementos ortopédicos y la utilización de modelos con facciones duras del estilo de la femme fatale constituyen rasgos transgresores, pero inscritos en una gran elegancia. Esa elegancia fue impronta en la obra de este artista. El haber sido fotógrafo de revistas de moda de primera línea, al igual que de la casa Dior, por ejemplo, da cuenta de ello. En Newton, elementos autobiográficos como la contemplación durante su infancia de su niñera desnuda pudieron haber nutrido esa impronta transgresora.

En cambio, Jan Saudek apeló al cuerpo femenino desde la voluptuosidad y lo grotesco. Las composiciones y escenas recreadas por este fotógrafo fueron intervenidas a nivel del color y transgreden por el tipo de vínculo entre las modelos, que en algunos casos son familia.

La experiencia de Robert Mapplethorpe es compleja y la obra que dejó este artista no solo tiene un enorme valor estético, sino que además fue en extremo polémica y ha despertado la ira de sectores conservadores. El trabajo de este creador se basó en tres líneas primordiales. En primer término, Mapplethorpe realizó retratos de personalidades; que iban desde celebridades del arte, la moda y la cultura, hasta amigos vinculados al cine porno y la comunidad sadomasoquista. Por otro lado, y quizá una de sus líneas de trabajo de mayor delicadeza, el artista hizo fotografías de hermosos bodegones de flores centrados en las calas. Finalmente, la obra que lo hizo más conocido y que despertó la mayor polémica estuvo referida a retratos de hombres afroamericanos desnudos. La aproximación estética en este caso es sumamente apolínea y con tensas atmósferas homoeróticas. La vida de Mapplethorpe no estuvo exenta de intensidad y a pesar de su galopante homosexualidad, el fotógrafo fue pareja de la poeta y cantante Patti Smith; quien lo acompañó en la fase final de su vida, aquejado por las complicaciones derivadas del VIH.

La obra de Elmer Batters se originó de un modo muy casero y basado en la obsesión personal del fotógrafo; los pies femeninos y las medias. Durante los años 50 y 60 este artista llevó a cabo fotografías de modelos a quienes contrataba mediante avisos en publicaciones de la época. Estas sesiones se llevaban a cabo muchas veces en habitaciones de hotel rentadas para tal fin. La transgresión en Batters radicaba no solo en el fetiche per se, sino también en el hecho de que su obra era expuesta en publicaciones porno eróticas de corte clandestino. Por ello, en más de una oportunidad fue detenido por la policía y sometido a los departamentos de asuntos morales de entonces. Hoy en día su trabajo posee un rango muy elitesco en la categoría de las bellas artes.

David Hamilton tuvo un trabajo muy excelso y cuya marca estilística fueron el grano grueso, así como la difuminación de las imágenes y escenas de carácter sublime que involucraban muchas veces a mujeres muy jóvenes en actitudes lésbicas. Hamilton también tuvo vinculación con el mundo cinematográfico y llegó a realizar películas de culto como Bilitis (1977), cuya trama es profundamente transgresora. Vale decir que la música de este largometraje estuvo a cargo de Francis Lai.

Como comentario final habría que mencionar que el influjo de estos artistas está muy presente en la fotografía actual, aun cuando ultimadamente quizá sea Helmut Newton el canon de mayor predominancia del siglo XX. Ese mismo canon incluso ha marcado el mundo de la moda de esta época.


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