En esta entrega quiero destacar una iniciativa venezolana que rescata la voz del ciudadano en estos tiempos terribles. La vida de nos es un proyecto liderado por Albor Rodríguez y Héctor Torres que tiene ya dos años de andadura y más de 200 autores e historias. La plataforma brinda un altavoz a sus narradores, muchos de ellos ciudadanos de entornos ajenos a las letras, para que compartan su testimonio y experiencia.

En su web los editores de La vida de nos afirman que esta “rescata la voz de la víctima, pero siempre salvaguardando la dignidad de sus testigos y reivindicando la resiliencia del venezolano”. Este es uno de los puntos fuertes de la propuesta: a pesar del dramatismo de los últimos tiempos, reivindica la conciencia del ciudadano de unos derechos que sabe suyos y a los que no renuncia. Viene a mi mente la policía del pensamiento de Orwell en 1984, y el principio de que lo que no forma parte de la lengua no puede ser pensado. La denuncia impide que nos resignemos y que pensemos que lo que está pasando es “normal”. De hecho, en las sociedades en conflicto, la narrativa está permitiendo recomponer un imaginario común roto por los prejuicios, aceptando que la realidad es algo que construimos e interpretamos entre todos.

Asimismo, el trabajo de acompañamiento a la fuente por parte de los narradores, e incluso la formación para que sea el testigo el que narre la historia, convierte a los protagonistas en sujetos activos con nuevas herramientas para interpretar su entorno y reflexionar sobre sus experiencias. El contraste con otras fuentes refuerza la veracidad de los relatos. La vida de nos cuenta con una comunidad activa y participativa en redes sociales, transformando a la plataforma en un documental web colaborativo en sí mismo, que gira en torno a nuestra resistencia.

En este marco, La vida de nos ha venido realizando una serie de proyectos multimedia e interactivos muy potentes en los que, de acuerdo con su editor Héctor Torres, quieren trascender el texto como único recurso, aplicando su manera de contar a nuevos formatos, como el cómic, el video o las animaciones. En este empeño han editado un par de series que utilizan microsites, que son perfectos ejemplos de la narrativa interactiva concéntrica, en la cual los contenidos pueden visitarse en el orden que se desee, pero en los que las sumas de las partes permiten atisbar un universo más complejo.

De La vida de nos quiero destacar la web Disparos al corazón, en alianza con Cofavic, que recoge los testimonios de siete venezolanas que perdieron a sus seres queridos en ejecuciones extrajudiciales. Los capítulos conjugan diferentes medios, pero el uso del video y audio junto al testimonio en texto, brinda mucho más peso a la narración, y nos permite sumergirnos en la vida de las protagonistas.

http://www.lavidadenos.com/disparosalcorazon/

Igualmente, es interesante la serie Niñez dejada atrás, hecho también por La vida de nos junto a Cofavic, que narra las experiencias de cuatro niños que debieron separarse de sus seres queridos que emigraron. El uso de dibujos y textos de los niños nos permite entrar en su universo íntimo y empatizar con sus esperanzas y miedos.

http://www.lavidadenos.com/ninezdejadaatras/

De acuerdo con Torres, La vida de nos quiere seguir experimentando con nuevos formatos, en lo inmediato publicarán algunas versiones de las historias en cómic y tienen proyectado un documental. También hicieron recientemente una serie de cuatro podcasts, y seguirán buscando posibilidades para ampliar los posibles lectores, acercándose a otros idiomas.


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