30 años del Anuario Ininco (1988-2018)

El Anuario Ininco / Investigaciones de la Comunicación de la UCV es una publicación académica que está cumpliendo treinta años, divulgando las Ciencias de la Comunicación en Venezuela.

“Estamos conscientes de que la investigación desarrollada en el silencio, si bien no muere del todo, pierde al menos la parte más viva de su existencia: la confrontación crítica con gentes del mismo oficio e idénticas inquietudes. Esto es especialmente cierto en un campo sometido a corrientes innovadoras muy intensas, en el que se producen resultados que necesitan el calor de la vida pública, pues que su destino es el de provocar reacciones específicas en la vida diaria”.

Estas palabras que fueron escritas en la Presentación del Anuario N° 1 de 1988, resuenan hoy con más verdad que nunca, si consideramos que el Instituto de Investigaciones de la Comunicación desde su fundación en 1974, gracias a la iniciativa visionaria del maestro Antonio Pasquali, sigue creando espacios de intercambio en aras de la democratización de las comunicaciones en Venezuela.

Sabemos que la realidad nos golpea en toda la cara. La dictadura chavista lleva dieciocho años devastando servicios públicos: transporte, sistema de agua potable y electricidad. Violación de los derechos humanos, comunicación cercenada, desabastecimiento alimenticio y de medicinas. Pare usted de contar los disparates macroeconómicos de ayer y de hoy. “Bolívar soberano” que en este mes de agosto le restará cinco ceros a nuestra esperanza de “sobrevivencia”.

En medio de este caos nacional, el Anuario Ininco es vanguardia académica, siempre “comunicando democracia”, insistiendo en una Venezuela que recupere su Estado de Derecho, la independencia de poderes, la libertad de información y sus medios de comunicación públicos. Todo esto pasa por acatar la Constitución Nacional vigente.

Felicitamos al Instituto de Investigaciones de la Comunicación, a su plantel de investigadores-docentes y, por supuesto, a sus editores y colaboradores que han demostrado tesón y vocación de servicio a fin de garantizar la socialización del conocimiento, pese al “cerco económico” que se ha endurecido contra las universidades, las humanidades, la ciencia, la cultura y la tecnología.

Reconocimiento especial para los profesores Óscar Lucien, Ambretta Marrosu (recordada por siempre), Carlos Guzmán Cárdenas, Johanna Pérez Daza y a su reciente editora Luisa Torrealba Mesa, quienes han asumido la responsabilidad de editar el Anuario Ininco en distintos momentos. Lo dice muy bien Óscar Lucien: “la investigación completa su sentido solo cuando es comunicada”. En esta dirección, el Anuario Ininco del año 2017 presenta como tema central: Mitos bolivarianos e imaginarios políticos en Venezuela. Y de ello nos ocuparemos en esta reseña.

Dioses momentáneos

Maritza Montero constató, en un estudio que realizó después del 4 de febrero y después del 27 de noviembre de 1992, que el mito político chavista presenta una serie de elementos cognoscitivos propios de la esfera psicopolítica. Estos son, a saber: “Marginación y minimización de aspectos negativos; resistencia a la crítica; abstracción del condicionamiento histórico; creación de una genealogía mítica; construcción de una imagen predominantemente positiva; dramatización y polarización enfrentando al sujeto mítico y su opositor (ex-presidente Pérez); conexión entre el proceso de mitificación y la situación de crisis”. A propósito de estos resultados, el filósofo alemán Ernst Cassirer señala que el pensamiento mítico crea “dioses momentáneos”, “excitación del momento”, “fugaz contenido mental que aparece y desaparece con análoga rapidez”.

Por su parte, Morella del Carmen Alvarado Miquilena estudia el mito bolivariano y la heroicidad trágica. La autora sostiene que “el ethos heroico está presente en la sociedad venezolana, evidencia de qué manera el imaginario del héroe, en su dimensión trágica, emerge en momentos críticos de nuestra sociedad y perdura como una huella, especialmente en el sentir de la sociedad”. Y Daniel Pérez-Mena identifica los elementos mitológicos del imaginario social venezolano que se muestran en un grafiti ubicado en el Internado Judicial del Estado Nueva Esparta.

El imaginario redentor y la institución imaginaria

Nelly Arenas y Luis Gómez Calcaño comparan dos expresiones del populismo en Venezuela: el primer trienio del partido Acción Democrática (1945-1948) y el movimiento bolivariano del presidente Chávez. “Mientras el del trienio no logró construir hegemonía, para alcanzarla el populismo chavista deberá lidiar no solo con carencias materiales sino con un entorno mucho más complejo, tanto nacional como internacionalmente”.

María Eugenia Cisneros Araujo examina la realidad social venezolana desde las ideas que expone el filósofo greco-francés Cornelius Castoriadis en su libro La institución imaginaria de la sociedad. “Los símbolos que aparecen en lo histórico-social no son vacíos, tienen contenido: muestran la relación entre los significantes y los significados de la praxis social. El símbolo encarna el sentido que la actividad humana le está dando a su vida; lo que afirma Castoriadis es que se tiene que reconocer la presencia del simbolismo en la vida social”. Cisneros asevera que la institución imaginaria de la sociedad venezolana se basa en el personalismo político en su expresión de caudillo.

Catequesis gubernamental

Robert Yency Rodríguez S.J. plantea que existe una tendencia hacia la sacralización de Chávez en la catequesis gubernamental. Esto lo afirma desde la lógica del imaginario instituyente de Cornelius Castoriadis. Se persigue subjetivar al ciudadano y convertirlo en creyente de “El Señor de los Ejércitos”. En este orden, Miguel Cáceres Hernández aborda la relación entre religión, ideología y política. “El debate político venezolano desde el periodo independentista hasta nuestros tiempos ha sido transversal, cruzándose y generando encuentros y desencuentros con la iglesia católica. Desde tiempos de Simón Bolívar, pasando por Antonio Guzmán Blanco, hasta Hugo Chávez y Nicolás Maduro, las tensiones y distensiones entre Iglesia-Estado y religión-política han estado presentes en el debate público”.

Bolívar humano y Súper Bolívar

Francisco José Alfaro Pareja estudia la actuación de Bolívar en el conflicto por la independencia de Venezuela entre 1811 y 1830. La historia oficial siempre presentará al héroe con cualidades sobrehumanas. Por lo tanto: “se pretende contribuir a la resignificación de Bolívar como héroe y reconocerlo como hombre con capacidades para la paz y para la violencia”. Desde otra perspectiva, Alexandra Ranzolin de Marius observa que el videojuego Súper Bolívar tiene sus pros y sus contras. Si bien es una iniciativa que divulga valores patrios y la historia de Venezuela, su propuesta pedagógica no es la más idónea. “Dista de una enseñanza de la historia ajustada a los patrones críticos apuntados por los autores consultados y deslastrada de visiones doctrinarias, señalamientos que también reclama la educación para medios”.

Revolución mediática

Finalmente, Mireya Lozada examina los mitos e imaginarios de la revolución bolivariana, enfatizando dos aspectos importantes: la resignificación del mito Bolívar y la divinización de Hugo Chávez. Siendo así, esta investigadora indica que:

“La revolución es esencialmente mediática y espectacular. Ella se manifiesta mediante la creación de una serie casi infinita de espacios de enunciación y fuentes, que expresa el dilemático accionar del dualismo medios-poder político del cual dan cuenta las tensiones y luchas de poder entre Hugo Chávez y los medios de comunicación venezolanos, en coyunturas críticas como el golpe de Estado de abril de 2002 y el paro petrolero”.

Estimados lectores, el Anuario Ininco / Investigaciones de la comunicación se puede consultar en este enlace:

http://saber.ucv.ve/ojs/index.php/rev_ai/index


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