Mario Benedetti, el escritor y poeta uruguayo es activo y silencioso: todo lo que tiene que decir lo expresa a través de sus novelas, sus cuentos y su poesía.

Es un hombre de mediana estatura, generalmente inabordable cuando se trata de entrevistas, quizás porque prefiere hacerlas a que se las hagan.

Para muchos es un intelectual hermético. Es un militante político que trabaja incesantemente: los documentos más importantes del Encuentro de Intelectuales, convocado por Casa de las Américas, fueron redactados bajo su coordinación.

La debilidad de Benedetti parece ser la conversación sobre temas históricos.

Durante una breve conversación así, se le puede abordar en un momento de descanso. “No puedo dar entrevistas en este momento”, aclara, pero cuando se le comenta una discusión relacionada con la necesidad de preservar la memoria histórica de los pueblos latinoamericanos, entra en charla y hasta comenta una anécdota.

Benedetti sostiene que es muy importante preservar la memoria histórica de los pueblos, porque muchas veces resulta revolucionaria y vigente “como el caso de Artigas y Bolívar”.

―En Montevideo los militares quisieron reinaugurar una estatua de Artigas, pero cuando comenzaron a buscar frases de ese prócer para colocarlas en la base del monumento, hallaron que todas las frases de Artigas eran verdaderas condenas a la dictadura militar ―cuenta Benedetti.

Con las cejas revueltas y de pronto desconfiado, Mario Benedetti se detiene con ganas de cortar la charla, pero prosigue:

―Al final tuvieron que colocar la inscripción sobre las batallas ganadas por Artigas y más nada… Artigas ha sido un héroe vigente, que con su reforma agraria avanzó un criterio que hoy sería ejemplar, pero de ello no se habla en Uruguay, porque los campesinos que recibieron tierras por documentos firmados, cuando la Independencia, no son reconocidos hoy como propietarios… Artigas era inclusive más revolucionario que Bolívar, porque el Libertador era monárquico y Artigas no…

―¿Cuál ha sido el más importante logro de este Encuentro de Intelectuales por la soberanía de América Latina?

―El más importante logro es haber tomado conciencia de la gravedad de este momento para los pueblos de la humanidad. Creo que el gobierno de Ronald Reagan, de alguna manera, está apostando a la muerte, mientras que para nosotros la paz es la vida.

Más adelante señala: “Yo pienso que en ese sentido es muy importante la carta que ha salido como resolución de este encuentro, dirigida a los intelectuales y al pueblo norteamericano… esa carta será traducida y publicada en la prensa de Estados Unidos”.

―¿Tienen muchos lectores los escritores latinoamericanos en Estados Unidos?

―No es muy grande el número de obras latinoamericanas traducidas al inglés, expresa Benedetti.

Continuando con sus declaraciones respecto al documento que será publicado en la prensa norteamericana, añade:

―Creo que una parte del pueblo norteamericano está consciente del peligro que corre en esta coyuntura, debido a la presuntuosa agresividad de su gobierno. Los intelectuales norteamericanos pueden ayudar a esclarecer ese riesgo a sus compatriotas, ya no como una posición ideológica, sino como un llamado, para que influyan ante ese gobierno genocida que hoy amenaza a la humanidad con la bomba de neutrones.

Respecto a los rumores que habían corrido de que Mario Benedetti se había ido de Cuba, donde residía, porque tuvo divergencias con el gobierno de la isla, aclaró tajantemente (moviendo los brazos y haciendo gestos con el rostro como quien expresa: “Esto es el colmo”): “me fui de Cuba por circunstancias relacionadas con la familia”.

Ahora vive en Palma de Mallorca, Baleares, España, pero siempre que puede viaja a Cuba. Escribe para la agencia IPS y cuando se requiere de una entrevista de Mario Benedetti es él mismo quien la hace. Mantiene un diálogo con su interioridad donde se revuelven el escritor, el poeta y el político; por eso Mario Benedetti es su propio entrevistador.

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(Esta entrevista fue publicada originalmente en El Nacional, el 12 de agosto de 1981).


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