En primer lugar, quiero agradecer que me hayan invitado a presentar el libro editado por el Observatorio Hannah Arendt en homenaje al profesor Heinz R. Sonntag, su fundador. Lamento no haber tenido una amistad próxima con él, quizás porque nuestras actividades académicas tenían pocos puntos de contacto, aunque muchos el teatro y la sociología; pero siempre compartimos puntos de vista, maneras de vivir y convivir en las ocasiones cuando nos encontramos y compartimos actividades académicas, sociales y familiares. Por eso, confieso que me entusiasmó y conmovió la lectura de Heinz Sonntag. El alemán de Curiepe.

Este libro es un homenaje, no un elogio ni un panegírico, a quien cumplió una vida personal, ciudadana y académica inspiradora y ejemplar. Este libro es un reconocimiento, no un derroche de adjetivos, por lo demás fáciles de dar a una persona que bien los mereció y merece.

En su escrito, Alejandro Oropeza lo identifica como un “venezolano hasta el último aliento, hasta el tuétano”, y es muy cierto porque su obra intelectual y académica constituye un valiosísimo aporte para comprender qué somos como sociedad. Y ese aporte es el que constituye la importancia del libro que hoy se presenta, al recoger sus opiniones. Todos los autores testimonian, más allá de la amistad, la calidad de la obra de Sonntag, y todos afirman y reafirman su férreo compromiso con la libertad y la democracia.

La biografía intelectual firmada por Gregorio Darwich Osorio en el artículo “La imaginación sociológica” nos describe cómo Sonntag descubrió nuestro continente, según sus palabras “un enorme laboratorio de cambio social real” y cómo nuestro compatriota alemán percibió que era en nuestro continente y en nuestra tierra de gracia donde podía realizar a cabalidad su proyecto de vida. Por esto, este libro tiene por destino ser de permanente consulta ya que resalta y valora, más allá de las inevitables y justificadas expresiones de nostalgia y afectos, el pensamiento del intelectual y académico en correlación con el país que decidió adoptar como suyo.

En la sección “Múltiples miradas” Miguel Ángel Martínez, María Elena Ludeña, Tomás Páez, Nikolaus Werz, Amalio Belmonte, Roberto Briceño, Ignacio Ávalos, Thaís Maingon, Ángel Paredes, Leonardo Vivas y Jesús E. Mazzei nos ofrecen una visión múltiple del académico y del científico social, de la persona y del ciudadano comprometido con la democracia y la libertad.

Y de ese compromiso la creación del Observatorio Hannah Arendt fue su consecuencia natural. En una ocasión alguien me comentó que el nombre de la nueva ONG iba a incluir las palabras totalitarismo o autoritarismo, rechazadas por los funcionarios del registro ante el cual se presentaron los documentos fundacionales. Pero no ha hecho falta exhibir tal término porque la acción del Observatorio en su estrategia de impulsar y formar una ciudadanía democrática y responsable ha hecho y hace realidad ese propósito. Afirma el profesor Amalio Belmonte que el propósito de crear el Observatorio fue “construir un espacio de reflexión y acción para analizar las tendencias totalitarias presentes en el Sistema Político Venezolano y defender los valores democráticos”.

Este libro nos presenta el mundo humano y académico de Heinz Sonntag. Como dije al principio, sin adjetivaciones innecesarias deja constancia del ser humano, del profesor y académico y, muy importante, del ciudadano comprometido con su país y su destino.

Confieso que me simpatizó mucho la comparación que hace Ignacio Ávalos entre Heinz y Ambrosio Alfinger, el avanzado de los Welsares a comienzo del siglo XVI. A finales del siglo XIX, Adolfo Briceño Picón, en Mérida, lo elevó a los altares escénicos e hizo de él uno de los personajes teatrales más alucinantes del teatro venezolano. Aunque no compartió los mismos propósitos conquistadores de aquel alemán socio de la corona española, Heinz sí tuvo la misma pasión cuando se adentró en nuestro país hasta hacerlo suyo.

La sección “Conversaciones” nos permite acercarnos directamente a nuestro amigo, porque leemos y oímos su voz, gracias a las entrevistas de Elizabeth Araujo, Nelly Arenas y Carlos Aponte.

Nuestra universidad, la UCV, está urgida de mantener viva su historia, construida por profesores como Heinz Sonntag. Por eso, creo que este libro debería ser objeto de lectura de todos los estudiantes, en particular quienes se inician en los estudios de sociología, ciencias políticas y humanidades. No con el propósito de idolatrarlo, sino para conocer a quien con su vida y su obra construyó un pensamiento democrático y crítico, muy necesario en los tiempos que vivimos. “La esencia de la ciudadanía que es la civilidad”, de la que habló Heinz en una entrevista con Elizabeth Araujo, es, en resumen, el aprendizaje que nos deja este libro.

El pensamiento y la acción académica y ciudadana de Heinz Sonntag son, hoy, indispensables para enfrentar y superar el totalitarismo. Al igual que él creía, es necesario rescatar el espíritu de solidaridad que en 1958 permitió la construcción de nuestra democracia para reconstruirla y proyectarla en nuestro siglo XIX.

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Leonardo Azparren Giménez es miembro del Consejo de Honor del Observatorio Hannah Arendt.


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